POR BENY PICHARDO
Caminar por el interior de los campos santos de Barahona, tanto el Américo Melo, y el viejo de la María Montez es realmente desastroso, asqueroso y repugnante con las cosas que se observan en ellos.
En este caso nos referimos a tumbas completamente abiertas, donde se aprecia pedazos de cajas de muertos, ropa, sangre, ojos, y hasta el cráneo de difuntos.
Seria responsabilidad de los familiares velar por el panteón de sus seres queridos, o del ayuntamiento de cuidar y proteger donde descansan nuestros difuntos con la presencia de seguridad para evitar romper tumbas que jamás ningún familiar enterró algún ser querido con la cabeza afuera de la manera que se observan muchas tumbas en estos momentos, completamente abiertas, y rotas en el cementarlo viejo.
Recientemente hicimos un llamado también a la reconstrucción de la iglesia del cementerio Américo Melo, la cual también está totalmente abandonada, sus bancos, ventanas, fueron robados, y luce actualmente cubierta de nidos de avispas, estiércol de animal, nombrada con todos los nombres del mundo menos iglesia de un campo santo.
Caminar por el interior de los campos santos de Barahona, tanto el Américo Melo, y el viejo de la María Montez es realmente desastroso, asqueroso y repugnante con las cosas que se observan en ellos.
En este caso nos referimos a tumbas completamente abiertas, donde se aprecia pedazos de cajas de muertos, ropa, sangre, ojos, y hasta el cráneo de difuntos.
Seria responsabilidad de los familiares velar por el panteón de sus seres queridos, o del ayuntamiento de cuidar y proteger donde descansan nuestros difuntos con la presencia de seguridad para evitar romper tumbas que jamás ningún familiar enterró algún ser querido con la cabeza afuera de la manera que se observan muchas tumbas en estos momentos, completamente abiertas, y rotas en el cementarlo viejo.
Recientemente hicimos un llamado también a la reconstrucción de la iglesia del cementerio Américo Melo, la cual también está totalmente abandonada, sus bancos, ventanas, fueron robados, y luce actualmente cubierta de nidos de avispas, estiércol de animal, nombrada con todos los nombres del mundo menos iglesia de un campo santo.
 

