POR JOSE VALENTIN PEREZ
Para Ecos del Sur
Con el devenir de los días hemos visto como la rebeldía, el caos y la desobediencia a las leyes y a las autoridades dominicanas se ha incrementado de forma alarmante por aquella colonia de extranjeros haitianos que congenia en nuestros campos y ciudades; como si se tratase de un niño malcriado que de forma súbita recibe apoyo de un padre que nunca estuvo con él.
Lo acontecido el sábado 20 del mes en curso en el sector 27 de febrero de esta ciudad de Santo Domingo es un hecho que tiene que llamar la atención de ambas naciones por las múltiples consecuencias fatales que esto podría acarrear.
Es la primera vez que se observan haitianos con armas de todo tipo e inclusive largas desafiando a la Policía Nacional y al pueblo en sentido general.
Aquélla idea que en principio parecía descabellada sobre el objetivo que tienen varias potencias extranjeras en unificar la isla finalmente terminaremos por creerlo.
¿ Acaso el surgimiento de ese atrevimiento y soberbia exagerada por parte de extranjeros haitianos residentes en el país está cimentada en esta idea unificadora de las grandes potencias, acompañada de eventos antinacionalistas perpetrados por varios dominicanos y por políticos inescrupulosos que se han dado la tarea de juramentar extranjeros haitianos en organizaciones políticas buscando beneficios personales?
Con esta decisión errada de juramentar extranjeros haitianos en las organizaciones políticas dominicanas se buscan 3 cosas:
1-Llamar la atención del pueblo sin importar los efectos negativos ni el elemento disgregador que esto pueda acarrear para el país. 2- Desafiar las autoridades de turno y estar en total desacuerdo con el trabajo que ha venido realizando el Lic. Danilo Medina en pos de nuestra nacionalidad y soberanía. 3- Búsqueda de beneficios personales a través de organismos internacionales (0NG) con la excusa de ayudar a los haitianos.
Ojala que esta idea perversa de incluir extranjeros haitianos en los padrones de algunos partidos políticos emergentes no sea practicada por ninguna otra organización ya que esto constituye un elemento de degradación socio moral y viola el Art. 25 Numerar 1 que establece que los extranjeros, no pueden participar en actividades políticas en el territorio nacional, salvo para el ejercicio del derecho al sufragio de su país de origen”
A no ser que después de tanto tiempo suscita entre nosotros el fantasma de Pedro Santana encarnado en su primo lejano.