POR TEODORO PEREZ LOPEZ
Para Ecos del Sur
ACV: es un síndrome clínico que se caracteriza por un rápido desarrollo de síntomas y los signos neurológicos focal, y a veces global, que persisten por más de 24 horas, o conducen a la muerte. Unos de los aspectos de importancia en el manejo de los eventos cerebro vasculares tanto hemorrágicos, como isquémicos, que es el intento de unificar la definición de lo que en ingles se llama Stroke, pero en la mayoría de nuestros países los reconocemos a nivel popular como Derrames, por eso hemos adoptado el termino Ictus.
ACV: es un síndrome clínico que se caracteriza por un rápido desarrollo de síntomas y los signos neurológicos focal, y a veces global, que persisten por más de 24 horas, o conducen a la muerte. Unos de los aspectos de importancia en el manejo de los eventos cerebro vasculares tanto hemorrágicos, como isquémicos, que es el intento de unificar la definición de lo que en ingles se llama Stroke, pero en la mayoría de nuestros países los reconocemos a nivel popular como Derrames, por eso hemos adoptado el termino Ictus.
Existen dos tipos de Ictus. Los más grabes son los que cursan con un sangrado en el cerebro que puede estar dentro del mismo cerebro la llamada Hemorragia intraparenquimatosa, producida generalmente por pequeñas arterias perforantes, o con un sangrado fuera del tejido neuronal, en los espacios meníngeos alrededor del cerebro, que se llama hemorragia subaranoidea, secundaria esta última a la ruptura de un vaso de importancia, ósea por un aneurisma (ensanchamiento de un vaso) o por malformación de un vaso sanguíneo.
Como vemos, la sabiduría popular tiene gran razón en llamar a este tipo de evento como “Derrames”, porque si hay derrame de sangre en espacio donde no debe estar, es un derramamiento. Pero acontece, que también en el cerebro se producen los llamados infartos, igual que en el corazón, que son Ictus con menos mortalidad pero con iguales posibilidades de secuelas negativas. En este tipo del anglosajón “Stroke” no hay derramamiento de sangre sino justamente lo contrario, falta de sangre por taponamiento de los vasos, ya sea por una embolia o un trombo.
En estos casos no se correspondería adecuadamente el término derrame por que no ha habido efusión. Lo que realmente acontece en estos casos es una obstrucción con atasco de los vasos, por lo que el término “Derrames” es incorrecto. A uno y otro proceso los llamamos en términos médicos accidentes Cerebro Vasculares (Acv). En los dos hay un alto riesgo para la salud de ese órgano rector llamado cerebro. Estos ictus representas en los países desarrollados la tercera causa de muertes, luego de las enfermedades cardiacas y el cáncer. Con más de un tercio de ellos acontecen antes de los 65 años de edad y producen gran incapacidad permanente en personas todavía en capacidad laboral, son las causas de mucho dolor, tristeza y sufrimiento para el paciente y su familia, lo peor de esto es que se acompaña de una alta mortalidad en los siguientes 5 años después del primer evento.
Se considera que los ACV constituyen la primera causa de discapacidad grave, pues un 90% sufre esta secuela y se considera que un 30% quedara inhabilitado para realizar sus labores cotidianas. Hay diferentes factores de riesgo de padecer estos eventos, de ACV, hay eventos modificables y otros no modificables, entre los eventos no modificables están la edad, la etnia (más frecuente en la raza negra), el sexo, los factores hereditarios, y el nivel socio cultural. Hay otros factores de riesgo que si podemos modificar con un poco de atención y siguiendo los consejos médicos: el más importante y común en ambas formas de ictus es la hipertensión arterial, las cardiopatías, las grasas (control de los triglicéridos y colesterol), la diabetes, tabaquismo, Exceso de Alcohol, la obesidad, el sedentarismo, Etc. Como eventos hay factores controlables, el simple hecho de fiscalizar nuestros niveles tensionales de presión arterial, hacer un poco de ejercicio diariamente, alimentarnos adecuadamente y un control médico periódico son medidas útiles para evitar estos eventos que nos dejan ciegos, o sin poder comunicarnos (Afásicos), hemipléjicos o monoplejicos y una potencialidad de invalidarnos o producirnos demencia y convulsiones.
Está demostrado que quien sufre un evento de ACV tiene el triple de posibilidades de sufrir la llamada demencia vascular o la insuficiencia vascular cerebral, ante este cumulo de secuelas negativas, la principal y la más grave de las cuales es la propia muerte, no es en vano insistir en la prevención primaria porque así no podremos evitarlo.
Ahora me pregunto ¿Se está haciendo una verdadera atención primaria en nuestro país?, amigos lectores ustedes tienen la respuesta, sí o no y porque. En mi opinión creo que no hay que ser un genio para una decisión sensata al respecto.
Los eventos isquémicos representan de un 70 a un 85% de los accidentes cerebro vasculares con el agravante de que una seis personas en el mundo de más de 60 años de edad habrá de padecer alguna forma de los tipos de ACV, siendo la principal causa de invalides en el mundo. Además, son las segundas o la terceras causa de mortalidad de acuerdo con las diferentes estadísticas en nuestro Hospital Regional Universitario Jaime Mota se ingresan diariamente un promedio aproximado de 3 a 5 pacientes con diagnósticos de ictus (ACV), imagínese el costo por día en sala para el hospital, con bajo presupuesto en salud del PIB y la baja subvención que por pate del ministerio de salud pública llega a este hospital regional. Se hace énfasis en la “neuroproteccion”, que significa el propósito de los neurocientistas de evitar que luego del evento isquémico o infarto, las áreas del cerebro que están alrededor de la lesión continúen deteriorándose. Por eso es de vital importancia la inversión seria y responsable en la prevención primaria por parte del gobierno.
Tanto en neurología como en cardiología se puede observar los llamados “factores de riesgos” para los infartos y derrames, los cuales están muy bien estudiados. Es por esta razón que cardiólogos y neurólogos recomiendan el uso de los antiagregantes plaquetarios (aspirina y clopidogrel Etc.) para evitar la formación de placas ateromatosa que taponan los vasos sanguíneos y es la terapia con antiagregantes plaquetarios.
Lo decía el poeta Gracián: “Fenecemos Precisamente cuando debíamos empezar a vivir. Triste cosa es la noticia del irrevocable desahucio cuando nuestra afanosa curiosidad había logrado adornar e iluminar la morada del espíritu con un poco de ciencia, algo de arte y un reflujo de ideal. Lo verdaderamente trágico es caer antes del brote de las alas espirituales, henchido el cerebro de proyectos inmaduros”.
También como decía el poeta español “José Campoamor: árbol que nace torcido jamás su rama endereza, pues se hace naturaleza el vicio con que ha crecido”.
De cada uno de nosotros dependerá, tenemos la información científica, es solo cuestión de voluntad y luchar por una mejor calidad de vida, maxime si ya a usted lo notificaron con síntomas, para infarto y sus secuelas. Nunca abusemos de la abundancia y nuestra buena suerte, podría ser fatal.
¡Preservemos pues nuestra salud!