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martes, 25 de noviembre de 2014

OPINION: 35 años de mi llegada al Hospital Jaime Mota (VIII)

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POR VINICIO LOPEZ
Para Ecos del Sur.

Unidad Regional de Salud Mental Comunitaria (Segunda parte)

A raíz de los desastres del Huracán George en 1998 obtuvimos la asignación de tres jóvenes especialistas de la conducta que habían laborado en las devastadas zonas de Tamayo y Vicente Noble. De ellos el Dr. Rolando Duvergé fue quien asumió con pasión la conducción y ejecución de los trabajos del equipo comunitario, al que habíamos integrado a las enfermeras Ana Beltré y Niurka Gómez, así como al mensajero Freddy Suero (Pipío).

Este equipo ejecutaba sus labores en una motocicleta nueva que obtuvimos por donación de la Unión Europea. Dada la complejidad del trabajo, solicitamos y obtuvimos de la Dirección del Hospital la asignación de las secretarias Ilonka Figuereo y Josefina Ramírez. Del Consulado Haitiano recibimos al Padre Smith como intérprete y apoyo para los perturbados mentales haitianos que tratamos con las mismas buenas atenciones con que tratamos a los dominicanos. Esta labor fue reconocida por el Gobierno Haitiano y recibimos del Cónsul Edwin Paraisson una hermosa placa de reconocimiento en un  acto en que se premiaron a otras personas en los salones del ICATEBA.

Progresivamente fuimos incorporando a la Unidad de Salud Mental el servicio de consultas por embarazo en adolescentes, Terapia Sexual y Reproductiva, Atención por VIH y SIDA, Violencia Intrafamiliar y Doméstica, Atención a Niños hiperactivos y con problemas de conducta y aprendizaje, Psicología Clínica y el primer Hospital de Día en la República Dominicana.  El Hospital de Día consistía en que los enfermos mentales, controlados por los tratamientos suministrados, asistían al gazebo que habíamos construido, disfrutaban de juegos de mesa, alimentación y atención integral. Al finalizar la tarde regresaban a sus hogares, acompañados por sus familiares.

Otro interesantísimo programa que llevamos a cabo con el apoyo del Dr. José Mieses, Director Nacional de Salud Mental, fue el de reinserción laboral en el cual los enfermos rehabilitados recibían pequeños préstamos, que religiosamente pagaban cada mes, para montar paleteras, puestos de venta de pollos y otras actividades productivas con las cuales generaban parte del sustento familiar. En fechas especiales como el Día de Las Madres y en Navidad realizábamos hermosos actos artísticos donde los enfermos rehabilitados mostraban sus talentos. A estos actos siempre asistieron las autoridades regionales, se aportaban premios para ser entregados, y en Navidad la Gobernación Provincial siempre disponía para ellos de  parte de los regalos que tradicionalmente envía el Gobierno Central.

Contrario a la creencia popular, los problemas de salud mental no son tan complejos para ser tratados solos por psiquiatras. Una gran proporción lo constituyen los problemas de ansiedad que perfectamente pueden ser tratados por personal bien entrenado, y los psiquiatras quedan para ver trastornos más complejos como la esquizofrenia por ejemplo. Partiendo de esta realidad planteamos al Director Nacional de Salud Mental la necesidad de entrenar un médico para todo y cada uno de nuestros hospitales provinciales y municipales, tal cual lo habíamos hecho con el servicio de Anestesiología. Esta petición fue aceptada, cada hospital ejecutó su selección, y ese personal fue entrenado. De ellos solo queda hoy el Dr. Rafael Santana, en Tamayo, ofreciendo el servicio.

Desde su creación hasta el año 2000, en que pasamos por tercera vez a dirigir el Hospital Regional Jaime Mota laboramos honoríficamente por diez años en la parte gerencial de la Unidad de Salud Mental, labores que también de manera honorífica desempeñaron parte  del equipo multidisciplinario entre los cuales también figuran o figuraron, el Dr. Traboux, la Dra. Ana Martínez, Dra. Martina Féliz, los psicólogos Daysi Turbí y Santos Féliz, también la enfermera Socorro Espinosa.  Fortaleciendo la formación de nuestros recursos humanos hacíamos intercambios con la Unidad de Salud Mental de Salcedo, fundada un año después que la nuestra, dirigida por Jaime David Fernández Mirabal. Por varios años fueron éstas las dos únicas unidades de salud mental comunitaria del país, luego surgiría la del Hospital Moscoso Puello.