POR LUIS ENCARNACION PIMENTEL
Aun cuando llevara a la organización política al poder en el 2000, cuando no hay dudas de que era su mejor opción, Hipólito Mejía ha significado de ahí a la fecha el principal factor de división y de mantenimiento del PRD en la oposición.
El solo hecho de Mejía querer ser siempre el primero en liderazgo y el candidato del partido blanco, sin abrirle paso ni ceder la antorcha a otro aspirante con cara y oferta diferente al electorado (sin siquiera en el momento en que la Constitución le impedía reelegirse), ha sido determinante para que la histórica organización que lideraron Bosch y Peña Gómez perdiera el poder en el 2004 y jamás haya podido reconquistarlo.
En el primer caso, en pleno ejercicio del poder, la confrontación fue con el entonces presidente del PRD Hatuey De Camps, pero a partir de ahí y hasta ahora -con iguales daños y traumas a la unidad partidariañ las diferencias a niveles irreconciliables han sido protagonizadas por Mejía y Miguel Vargas.
Si es cierto que este último terminó ganándole el pulso, no hay dudas de que el daño que Mejía y sus huestes le han hecho a Vargas en términos de imagen es incalculable.
Y como del PRD y de su división ahora salió el PRM, cuyos votos aun no se han contado para saber su tamaño ni se vislumbra cuál será su suerte ante las aspiraciones de Hipólito y de Luis a lo mismo, todo apunta a que en el 2016 se repita la historia, y que se compruebe, con la realidad de los hechos y de los números a mano, que la oposición mayoritaria que encarna el partido blanco no aprende la lección.
Sin embargo, aun cuando la campaña contra Vargas afecte su posicionamiento como candidato y haga que se vea lejos un eventual entendimiento de él con Mejía, se sabe de renovados esfuerzos de algunos sectores en esa dirección. Incluso, a cierto nivel se maneja la versión de que las dos figuras antagónicas se volvieron a reunir, dos o tres semanas atrás, con la presencia de seis empresarios, uno de ellos ligado al área del café.
Sobre la posible estrategia de poder extra PLD-gobierno en pie, que parecería finalmente dejar fuera de la candidatura, no así del juego, a Luis Abinader, se manejan varios datos que no dejan de ser un tanto espinosos, porque envuelven la primera posición política del país.
Aquí la cuestión que ha sido la manzana de discordia en el PRD:
¿Quién de candidato… Miguel o Hipólito? ¡Volvemos con más!