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miércoles, 7 de enero de 2015

EL JILGUERO: En la ciudad de Cooperstown se inmortaliza otro dominicano

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POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Para Ecos del Sur

El sueño de todo joven que practica el Béisbol, es jugar en la Liga Invernal, un contrato en Grandes Ligas y –lo máximo- llegar a ser un Inmortal de Cooperstown.

Quien logre esos tres objetivos, vivirá por siempre cargado de gloria.

Ninguno de los tres pasos resulta tan fácil, pues no todos llegan a la Liga Invernal y verse vistiendo el uniforme de los Tigres del Licey, Leones del Escogido, Estrellas Orientales, Águilas Cibaeñas, Toros del este o Gigantes Nordestanos.

Y los que han dado ese salto, a seguidas ponen la mirada hacia las Grandes Ligas, en los Estados Unidos de América o jugar en Japón, etc. Quienes llegan el día de hoy hasta las Grandes Ligas, en este mundo capitalista, se puede decir, que no solo se llenan de gloria, sino que, por demás, resuelve mientras vivan su situación material.

Por un momento pensemos en la cantidad de dominicanos que ya han pasado por las Grandes Ligas, sin temor a equivocación, pasan por cientos, desde Pepe Lucas, Ricardo Carty,  Cesar Cedeño, Jorge Bell, Pedro Guerrero, Mario Melvin Soto, Cesarin Jerónimo, Pedro Bobón, Tony Peña, Sammy Sosa, Rafael Landestoy, Miguel  Tejada, Juan Samuel, Alfonso Soriano, Aramis Ramírez, José Rijo, Manny Ramírez, Luis Polonia, Teodoro Martínez, Albert Puls, Luis Pujos, Willy Mo Peña, Tony Fernández, Timoniel Pérez, Edison Volquez, Hanley Ramírez, Chichi Olivo, etc. Etc. Podríamos pasar varios minutos enumerando nombres de dominicanos famosos que dijeron presente en la Gran Carpa.

Y sin embargo, de República Dominicana, solo dos han logrado alcanzar la inmortalidad y pasar a ocupar un lugar en el Salón de la Fama que está situado en la ciudad de Cooperstown, EE.UU.; han tenido que pasar 32 años, desde el día que, en el mes de julio de 1983, nuestro Juan Marichal alcanzara tan acariciado objetivo.

Hoy Juan Marichal y Pedro Martínez, al transitar por los nombres situados en el Salón de Cooperstown, hacen brillar el nombre de República Dominicana.

La bandera dominicana, el lienzo tricolor, lo hemos visto ondear en cada segundo, sin quitárselo ni un momento, ni del pecho, ni de los hombros de Pedro El Grande.

Es decir, como bien diría el Presidente Danilo Medina, “…este ha sido nuestro mejor Regalo de Reyes”.

Es momento de alegría, es momento de sentirnos orgullosos de haber nacido en esta tierra de hombres gigantes.

GRACIAS, DON PEDRO MARTINEZ.