POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Para Ecos del Sur
Vence el plazo del Plan de Retorno Voluntario dado por el Gobierno dominicano a los residentes de manera ilegal en suelo dominicano; los resultados de dicho Plan, hasta ahora, se pueden calificar como muy fructíferos, con resultados que superan con creces todas las expectativas.
Hasta hora, las fuentes oficiales sitúan en más de 36 mil a los haitianos ilegales que de manera voluntaria decidieron retornar (con todo y sus ajuares) hasta su nación; ese es –si vale el término- un récord, que se instaura sin que para ello haya primado la represión y medidas de presión alguna de la que tengamos que arrepentirnos.
Se fueron bajo el amparo de sus derechos humanos, teniendo incluso, en muchos casos, las facilidad y el apoyo del gobierno dominicano, con transporte y seguridad militar hasta cruzar la frontera dominicana.
Es un hecho muy loable, metas que superan las trazadas por la Dirección de Migración, y con las que poco a poco van desahogando el territorio de perdonas con residencia irregulares.
Entonces, nos preguntamos, si los resultados del Plan de Retorno Voluntario han sido muy exitosos, entonces, para qué renunciar a que siga su agitado curso. Nos parece correcto el que las autoridades dominicanas, procedan a prolongar por más tiempo dicho Plan de Retorno Voluntario.
Asímismo, estamos proponiendo, que dada la postura tan activa de Haití en esta etapa del proceso, llegando incluso su Embajador en el país a admitir que su país (Haití) es responsable por no aportar lo suficiente al papeleo para que sus ciudadanos regulen su situación en suelo dominicano, y, así mismo, tomando en cuenta el papel activo que juegan organismos internacionales frente a la situación en marcha, entonces, proponemos que, en la mesa del dialogo bi nacional, entre Haití y República Dominicana, se valore la posibilidad condicionada de un plazo al Gobierno de Haití, con testigos de personalidades y organismos internacionales, para que aporten con sus recursos el papeleo a sus nacionales haitianos.
De esa manera, ganamos tiempo y nos posicionamos ante los ojos del mundo como la nación que, aun en capacidad de ejercer su derecho soberano ante la migración ilegal, tiene la tolerancia y la disposición de aportar espacio y tiempo para juntos encontrar solución al problema que implica tener una nación repleta de personas ilegales, haitianos o no.
Esto es factible, en tanto se continúen los contactos diplomáticos y el trabajo global en todos los continentes del mundo sobre la realidad que hoy nos afecta.