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lunes, 17 de agosto de 2015

EL JILGUERO: No hay plazo que no se venza

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Por Santos Salvador Cuevas
Para Ecos del Sur

El país entero aguardó con ansias la llegada del 15 de Agosto, pues fue la fecha que se decidió para decidir sobre las alianzas con el PLD, lo cierto es que la fecha ya se venció y no se da por terminado el tema de las alianzas.

Es verdad que el poder de decidir descansa en el Comité Político, así como también es verdad que, por un día más o un día menos, no se va a dejar escapar la posibilidad de preservar o adquirir nuevos aliados para hacer más sólida la tendencia de una victoria contundente, como nunca antes para las elecciones generales del 2016.

Eso es verdad y nos toca a toda la militancia aprender a esperar el curso normal del proceso.

Pero, el Comité Político podría, sin darse cuenta tal vez, estar incubando disgustos y dificultades entre los miembros por la prolongación en el tiempo del llamado a la celebración de primarias internas.

A nuestro humilde entender, eso no debe prolongarse más allá de esta semana, el partido ya está cansado de esperar y ha llegado la hora de que también se actúe en consonancia con las aspiraciones de las bases, lo que es igual decir, con las tropas que han de garantizar el triunfo esperado.

El buen soldado sabe esperar, pero el buen dirigente sabe cuando se harta o se cansa el buen soldado, y, es evidente, la militancia quiere entrar en acción política, tal actúan las demás fuerzas con las que habremos de competir.

Una semana más en esta indecisión, es actuar contrario a la lógica política, equivale a desmovilizar las tropas y colocarla a merced del mercado y la regla que rigen la oferta y la demanda.

Si a estas alturas existen fuerzas haciendo el juego de si me alío o no al PLD, si contigo o sin ti, y el Comité Político o la Comisión Negociadora caen en esa dinámica o lógica, estaríamos cometiendo tremendo error; ya aquí todo esta consumado, cada fuerza sabe a que bloque se va a integrar, y se podría estar envuelto en un plan peligroso de incidir para que las fuerzas moradas salgan a la arena al final, cuando las demás fuerzas hayan acumulado mayor fuerza y caminado lo suficiente para sumar adeptos.

A nuestro entender, es la hora de los hornos y no debe verse más que la luz.