POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Para Ecos del Sur
Al PLD-PRD, conviene más mantener los niveles del pacto o alianzas a nivel congresual y gubernamental, no igual en el nivel municipal; pues, si bien causó ronchas y disgustos el hecho de que el PLD reservara todas las candidaturas a diputados y senadores vigentes, pues la militancia lo pudo asimilar y (aún con los niveles de crispaciones) aceptarlo como conveniente para que se apruebe en la Asamblea Revisora la modificación constitucional y facilitar la relección presidencial.
Con esa decisión y los acuerdos con el PRD y demás aliados, aunque se afectaron a compañeros con más de un año que en las calles luchaban por participar en las primarias internas de su partido, siendo despojados de tal posibilidad, pues, aunque amargo, esto ha sido asumido con estoicismo por la militancia.
Más, el proyectar dichas alianzas también al nivel municipal, lo que se hace es cercenar por esa vía también la democracia interna, las esperanzas comunitarias y la posibilidad de permitir a cada municipio elegir en el marco de la competencia interna de cada partido a sus autoridades.
Se es injusto el solo defender y aferrarse a los municipios en donde abundan los votos y los empleos, importándose poco por la suerte que han de correr las alcaldías pequeñas, olvidando que para los habitantes de tales municipios, quien reviste gran importancia es el poder local, con el que se convive en el día a día.
Tanto para el PRD como para el PLD, es más conveniente dejar abierto ese abanico de posibilidades a su militancia; no es justo que se arrebate al PRD municipios hoy controlados por ellos; pero es una injusticia mayor el regalar a una entelequia política aquellos lugares en donde ni les dan los números y, peor aún, son ayuntamientos que dirige el PRM.
Esa discrepancia entre aliados, y ese atropello en potencia contra las bases de ambos partidos, se puede evitar sólo si resultaremos menos pretenciosos, tuviéramos visión democrática y entendiéramos que en algún lugar hay que dejar el derecho a elegir y ser elegidos reza la ley para cada instancia partidaria.
Se debe dejar sin efecto toda alianza en el nivel municipal, conviene al PLD y conviene al PRD; con excepción de aquellos lugares en que la direcciones municipales de ambas fuerzas entiendan la posibilidad de ir juntos en tal alcaldía.
No entender eso, es igual a dejar las posibilidad latente ya, de que resulte peor la cura que la enfermedad.
La alianza debe ser por el gobierno central y el congreso, en el nivel local que cada quien se rasque con su propia fuerza.
Para Ecos del Sur
Al PLD-PRD, conviene más mantener los niveles del pacto o alianzas a nivel congresual y gubernamental, no igual en el nivel municipal; pues, si bien causó ronchas y disgustos el hecho de que el PLD reservara todas las candidaturas a diputados y senadores vigentes, pues la militancia lo pudo asimilar y (aún con los niveles de crispaciones) aceptarlo como conveniente para que se apruebe en la Asamblea Revisora la modificación constitucional y facilitar la relección presidencial.
Con esa decisión y los acuerdos con el PRD y demás aliados, aunque se afectaron a compañeros con más de un año que en las calles luchaban por participar en las primarias internas de su partido, siendo despojados de tal posibilidad, pues, aunque amargo, esto ha sido asumido con estoicismo por la militancia.
Más, el proyectar dichas alianzas también al nivel municipal, lo que se hace es cercenar por esa vía también la democracia interna, las esperanzas comunitarias y la posibilidad de permitir a cada municipio elegir en el marco de la competencia interna de cada partido a sus autoridades.
Se es injusto el solo defender y aferrarse a los municipios en donde abundan los votos y los empleos, importándose poco por la suerte que han de correr las alcaldías pequeñas, olvidando que para los habitantes de tales municipios, quien reviste gran importancia es el poder local, con el que se convive en el día a día.
Tanto para el PRD como para el PLD, es más conveniente dejar abierto ese abanico de posibilidades a su militancia; no es justo que se arrebate al PRD municipios hoy controlados por ellos; pero es una injusticia mayor el regalar a una entelequia política aquellos lugares en donde ni les dan los números y, peor aún, son ayuntamientos que dirige el PRM.
Esa discrepancia entre aliados, y ese atropello en potencia contra las bases de ambos partidos, se puede evitar sólo si resultaremos menos pretenciosos, tuviéramos visión democrática y entendiéramos que en algún lugar hay que dejar el derecho a elegir y ser elegidos reza la ley para cada instancia partidaria.
Se debe dejar sin efecto toda alianza en el nivel municipal, conviene al PLD y conviene al PRD; con excepción de aquellos lugares en que la direcciones municipales de ambas fuerzas entiendan la posibilidad de ir juntos en tal alcaldía.
No entender eso, es igual a dejar las posibilidad latente ya, de que resulte peor la cura que la enfermedad.
La alianza debe ser por el gobierno central y el congreso, en el nivel local que cada quien se rasque con su propia fuerza.
