POR SANTOS SALVADOR CUEVAS
Para Ecos del Sur
El pacto electoral PLD-PRD, firmado apenas hacen unas cuantas horas, entre el presidente de la República y candidato del PLD, Lic. Danilo Medina y el Ing. Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD; es una conquista histórica que, más allá de los avatares, las disidencias, pretensiones y los dimes y diretes típicos de la coyuntura, habrá de trascender como un hecho sinigual en la posteridad histórica.
Cual que sean los resultados electorales el 15 de mayo del 2016, la posteridad reconocerá en Danilo, no sólo al gran estadista, buen estratega y visionario; sino también, como el desprendido, concertador y unificador por excelencia, capaz de convencer a dos fuerzas políticas que antagonizaron durante más de 40 años, y en que uno siempre fue la antítesis del otro, la fuente diferenciadora en que uno y otro galvanizaron su desarrollo y crecimiento.
Es una proeza, la que sitúa a Danilo y Miguel Vargas como portadores del buen entendimiento ante la historia, que es lo que cuenta para las generaciones del porvenir.
Hablo de la posteridad, de lo trascendental.
La coyuntura es otra cosa, aquí en lo coyuntural hasta nosotros protestamos y no compartimos la manera como se ha desarrollado el proceso de alianzas electorales; en la coyuntura se escuchan lamentos de un bando y de otro; en la coyuntura se escuchan voces disidentes (pero interesadas) hasta en los comentaristas radiales y de los medios.
La coyuntura es el ahora, lo que cuenta en pos de intereses que se encuentran y se coadyuvan para avanzar o retroceder.
El acontecer coyuntural resulta casi siempre implacable.
Los trascendente es lo que ha de llegar a la posteridad, y de eso hablo; lo que se dividió en 1972-73 y que se confrontó a lo largo del tiempo, el fraccionamiento en el PRD que parió al PLD, jamás se imaginó nadie que estas fuerzas antagónicas podrían de nuevo obrar en una misma dirección, eso sólo Danilo Medina lo ha podido lograr en el marco nacional y continental a la vez.
Es un acontecimiento inédito, único, innovador y de corte progresista.
Todo lo que obre en bien del progreso nacional, debe ser asumido con amor y buenas intenciones por los dominicanos, lo demás no deja de ser cantos de dulzuras (en unos) y de amarguras (en otros) fruto de los avatares típico de la coyuntura.
Este pacto PRD-PLD es histórico.
El pacto electoral PLD-PRD, firmado apenas hacen unas cuantas horas, entre el presidente de la República y candidato del PLD, Lic. Danilo Medina y el Ing. Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD; es una conquista histórica que, más allá de los avatares, las disidencias, pretensiones y los dimes y diretes típicos de la coyuntura, habrá de trascender como un hecho sinigual en la posteridad histórica.
Cual que sean los resultados electorales el 15 de mayo del 2016, la posteridad reconocerá en Danilo, no sólo al gran estadista, buen estratega y visionario; sino también, como el desprendido, concertador y unificador por excelencia, capaz de convencer a dos fuerzas políticas que antagonizaron durante más de 40 años, y en que uno siempre fue la antítesis del otro, la fuente diferenciadora en que uno y otro galvanizaron su desarrollo y crecimiento.
Es una proeza, la que sitúa a Danilo y Miguel Vargas como portadores del buen entendimiento ante la historia, que es lo que cuenta para las generaciones del porvenir.
Hablo de la posteridad, de lo trascendental.
La coyuntura es otra cosa, aquí en lo coyuntural hasta nosotros protestamos y no compartimos la manera como se ha desarrollado el proceso de alianzas electorales; en la coyuntura se escuchan lamentos de un bando y de otro; en la coyuntura se escuchan voces disidentes (pero interesadas) hasta en los comentaristas radiales y de los medios.
La coyuntura es el ahora, lo que cuenta en pos de intereses que se encuentran y se coadyuvan para avanzar o retroceder.
El acontecer coyuntural resulta casi siempre implacable.
Los trascendente es lo que ha de llegar a la posteridad, y de eso hablo; lo que se dividió en 1972-73 y que se confrontó a lo largo del tiempo, el fraccionamiento en el PRD que parió al PLD, jamás se imaginó nadie que estas fuerzas antagónicas podrían de nuevo obrar en una misma dirección, eso sólo Danilo Medina lo ha podido lograr en el marco nacional y continental a la vez.
Es un acontecimiento inédito, único, innovador y de corte progresista.
Todo lo que obre en bien del progreso nacional, debe ser asumido con amor y buenas intenciones por los dominicanos, lo demás no deja de ser cantos de dulzuras (en unos) y de amarguras (en otros) fruto de los avatares típico de la coyuntura.
Este pacto PRD-PLD es histórico.
