POR ALEJANDRO SANTANA
Pensé que ya nadie hacia poesías, pensé que ya nadie escribía a la Musa que es Mujer, que nadie olía tus labios, que nadie se percataba de tu aire de alteza y que había muerto el amor de madrugada.
Cuan equivocado estaba descubro que aún hay seres que aunque fueron formados para luchar por la patria, se detienen a mirar la belleza de la vida, que aún enamoran haciendo poesías.
Hoy asistí a un acto de Santos Silá, a un acto de puros barahoneros, a un acto que creí extinguido, sábado, 10 de la mañana, mala hora para escuchar a alguien hablar de poesías, eso pensé.
Pero no fue así, me encontré con un salón repleto de muchos jóvenes, de muchos barahoneros, de muchos amigos.
De seres que creen que aún hay espacio para hacer poesías, de seres que luchan cada día por alcanzar sus metas, pero que saben sacar tiempo para disfrutar de las cosas nobles que tiene la vida.
El maestro Santos Silá, como lo conocemos sus amigos, el hermano Santos Silá porque así nos sentimos cómodos al llamarlo, nos convocó y allí estuvimos militantemente igual que en aquellos años cuando nos convocaba a las movilizaciones por conquistas estudiantiles.
En el mejor lugar, en la UASD-Centro Barahona, en las entrañas de una Universidad que el luchó por fundar aún siendo un niño.
En un aula de posgrado, repleta de quienes creíamos conocer de antaño a ese amigo que nos guardó una sorpresa, ¡cuatro libros de poemas, bien logrados, cuatro libros paridos por él, él camarada que a partir de ahora conoceremos.
Pensé que ya nadie hacia poesías, pensé que ya nadie escribía a la Musa que es Mujer, que nadie olía tus labios, que nadie se percataba de tu aire de alteza y que había muerto el amor de madrugada.
Cuan equivocado estaba descubro que aún hay seres que aunque fueron formados para luchar por la patria, se detienen a mirar la belleza de la vida, que aún enamoran haciendo poesías.
Hoy asistí a un acto de Santos Silá, a un acto de puros barahoneros, a un acto que creí extinguido, sábado, 10 de la mañana, mala hora para escuchar a alguien hablar de poesías, eso pensé.
Pero no fue así, me encontré con un salón repleto de muchos jóvenes, de muchos barahoneros, de muchos amigos.
De seres que creen que aún hay espacio para hacer poesías, de seres que luchan cada día por alcanzar sus metas, pero que saben sacar tiempo para disfrutar de las cosas nobles que tiene la vida.
El maestro Santos Silá, como lo conocemos sus amigos, el hermano Santos Silá porque así nos sentimos cómodos al llamarlo, nos convocó y allí estuvimos militantemente igual que en aquellos años cuando nos convocaba a las movilizaciones por conquistas estudiantiles.
En el mejor lugar, en la UASD-Centro Barahona, en las entrañas de una Universidad que el luchó por fundar aún siendo un niño.
En un aula de posgrado, repleta de quienes creíamos conocer de antaño a ese amigo que nos guardó una sorpresa, ¡cuatro libros de poemas, bien logrados, cuatro libros paridos por él, él camarada que a partir de ahora conoceremos.

Si Santos, tenía dudas, sobre sus amistades, lo de hoy lo hará despertar y le hará saber que sus pasos en su natal no han sido en falso.
Que esos años de niños cuando llenó de panfletos las calles de la ciudad pidiendo la UASD para Barahona han dado frutos, miles de profesionales graduados, un salón con calidad que lo ha acogido para celebrar un gran evento de esos que estaban en peligro de extinción.
Maestro si por alguna razón tuviste dudas del éxito de la puesta en circulación de tus libros, debes sentirte más que satisfecho, tus amigos estábamos ahí apoyándote, tus alumnos, también y los maestros tus colegas no faltaron como no faltaron tus familia.
Eres de los que puedes gritar a los cuatro vientos, ¡logre revivir en mi Barahona esos años en que las actividades culturales eran nuestra identidad.
Felicidades maestro José Alcántara Reyes!, felicidades camarada Santos Silá, con la puesta en circulación de tus cuatro libros de poesías, nos transportaste al Olimpo, donde los dioses se inspiran.