POR JOSE VALENTIN PEREZ
En los últimos meses hemos escuchado el clamor de cientos de profesionales de todas las áreas, que producto de las pocas oportunidades que brinda el mercado laboral en nuestro país, se han visto obligados a someterse al escrutinio que promueve el Ministerio de Educación, con el objetivo de formar parte del cuerpo de docentes de ese prestigioso Consejo, pero lamentablemente han reprobado.
Personas de todas las edades y sexo, han visto en el sector magisterial una oportunidad para mejorar su calidad de vida y la de sus familiares, pero son tantas las trabas y desmotivaciones, que apenas termina aprobando el bendito examen poco menos del 2%.
El Ministerio de Educación debe definir paramentos de edades, acerca de quienes puede tomar la prueba y quienes no; es hasta 55 años, es hasta los 58, pero que se defina un rango, y que todos los candidatos estén informados. Muchos de ellos aprueban, luego aparecen reprobados, hay quienes han estado tan seguro de su certinidad en los exámenes, que piden revisión en el distrito escolar correspondiente, y a los peritos no le queda otra cosa más que decirles, Sr./Sra. usted aprobó los exámenes, pero lamentablemente el Ministerio de Educación no está interesado en su perfil.
¡Carajo, para que les permiten someterse a las pruebas, si luego lo objetarán sencillamente porque tienen más de 50 años ¡
Es frustrante para quienes le ha tocado vivir esta experiencia. Luego supe que para tomar el examen de admisión, el Ministerio de Educación exige que todos los candidatos paguen RD$ 500.00 por un papel de buena conducta, el mismo debe ser pagado en el Ban-Reservas y es imprescindible presentar el volante antes de tomar la prueba, ahora entiendo de donde surge tal desconsideración.
Eso es un exceso, este proceso de depuración se puede iniciar una vez los candidatos aprueben el examen, deja al desnudo que lo importante es la recaudación de efectivo, y no darle la oportunidad a cientos de profesionales desempleados, mancillados por la falta de oportunidad y la desigualdad social que existe en este país.
¡Hasta donde llegaremos, hasta donde!
“Así no señor Ministro, así no”