Por Santo Salvador Cuevas
Tan bandolera y corrompida se ha hecho la vida política que, detenerse tan sólo a contemplar su marcha, provoca penas y hasta misericordia.
Se ha "hecho cultura" la espera del 27 de febrero como instante propicio para calumniar y el fusilamiento moral de figuras públicas.
Es que el 27 de febrero se rinde homenaje a los padres fundadores de la República, el primer mandatario de la nación hace la rendición de cuentas ante el Congreso Nacional y, además, los mandatarios aprovechan la ocasion para "mover la mata" y hacer cambios y sustituciones en el tren.
Ante esa costumbre en las alturas, sectores muy dañinos enquistados en el partido de gobierno, pero habidos de ambiciones y sed de poder, acuden a las malas artes de prefabricar expedientes para, desde la sombra, lanzar sus dardos envenenados para fusilar al titular de turno (pues en su lógica) quien se la merece es él o alguien del sector que encabeza.
De esas acciones incautas han sido víctimas (años tras años) funcionarios honorables y leales a lo largo y ancho del territorio nacional.
La pregunta es a quién le tocará este año pasar por "el pelotón de fusilamiento moral".
En eso se han hecho expertos y, si no estas alerta y prevenido, te confunden y hacen creer que es bonito lo que es feo.
Por supuesto, no es tan fácil sorprender a un cuadro pulido en las lides y confrontaciones políticas, catalogado como el mejor estratega en las ultimas décadas, como se aprecia al presidente Danilo Medina.
La vida universal esta llena de experiencias en dónde especialistas calumniadores han intentado confundir con apariencias.
Usan a pobres diablos para sus planes y cuando quedan al desnudo (y por tanto desacreditados), entonces, sus amos o "líderes" le dejan solos, a merced de ser llevado por injuria al banquillo de los acusados.
Eso se da siempre en la antesalas de cada 27 de febrero.
Pobre la vida de los incautos.
Tan bandolera y corrompida se ha hecho la vida política que, detenerse tan sólo a contemplar su marcha, provoca penas y hasta misericordia.
Se ha "hecho cultura" la espera del 27 de febrero como instante propicio para calumniar y el fusilamiento moral de figuras públicas.
Es que el 27 de febrero se rinde homenaje a los padres fundadores de la República, el primer mandatario de la nación hace la rendición de cuentas ante el Congreso Nacional y, además, los mandatarios aprovechan la ocasion para "mover la mata" y hacer cambios y sustituciones en el tren.
Ante esa costumbre en las alturas, sectores muy dañinos enquistados en el partido de gobierno, pero habidos de ambiciones y sed de poder, acuden a las malas artes de prefabricar expedientes para, desde la sombra, lanzar sus dardos envenenados para fusilar al titular de turno (pues en su lógica) quien se la merece es él o alguien del sector que encabeza.
De esas acciones incautas han sido víctimas (años tras años) funcionarios honorables y leales a lo largo y ancho del territorio nacional.
La pregunta es a quién le tocará este año pasar por "el pelotón de fusilamiento moral".
En eso se han hecho expertos y, si no estas alerta y prevenido, te confunden y hacen creer que es bonito lo que es feo.
Por supuesto, no es tan fácil sorprender a un cuadro pulido en las lides y confrontaciones políticas, catalogado como el mejor estratega en las ultimas décadas, como se aprecia al presidente Danilo Medina.
La vida universal esta llena de experiencias en dónde especialistas calumniadores han intentado confundir con apariencias.
Usan a pobres diablos para sus planes y cuando quedan al desnudo (y por tanto desacreditados), entonces, sus amos o "líderes" le dejan solos, a merced de ser llevado por injuria al banquillo de los acusados.
Eso se da siempre en la antesalas de cada 27 de febrero.
Pobre la vida de los incautos.