POR HERNANI A. AQUINO
“Por andar por las nubes uno se olvida del suelo.” Ricardo Arjona
El uso de los teléfonos inteligentes y por ende a las redes sociales, nos convierte cada día en individuos de una vida social virtual y no presencial o real.
Es evidente el número de usuarios que utilizamos las redes sociales para mostrar a la sociedad y a los usuarios de las redes, todos y cada uno de sus movimientos y día a día.
En una cena, reunión o actividad de cualquier índole es ya una costumbre prestar más importancia al móvil que a la actividad misma, convirtiéndonos en seres de una vida más virtual que real.
Se ha sustituido la oración en la mesa antes de comer, por la foto de la decoración o los detalles del desayuno, almuerzo o cena, lo que nos aleja cada día de las tradiciones y las costumbres de bendecir hasta los alimentos.
Los pequeños detalles del contacto directo con nuestros entorno o compañeros de veladas, se disipan entre el visualizar lo que acontece en el mundo virtual y no en nuestro mundo real.
Pocos estamos exentos de esta práctica, que cada día nos hace ser más superficiales y vivir atrapados en las redes de la vida virtual, que nos aleja de nuestro entorno físico, presencial y real.
Despertemos y visualicemos que cada día que pasa, nuestro mundo real se desvanece, se entristece y se pierde, sino salimos en ocasiones de nuestro mundo virtual, preocupémonos más por lo que hay a nuestro alrededor y no dentro de nuestro Smart Phone.
