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lunes, 17 de diciembre de 2018

OPINION: La ocupación de la Embajada 1993

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POR SANTO SALVADOR CUEVAS

En 1992 arribamos a los 500 años de la llegada de Cristobal Colón y el hombre blanco a estas tierras continentales, a lo que nos han impuesto como el Descubrimiento de América.

A propósito de los 500 años, en todo el Continente americano los pueblos organizaron actividades artísticas, charlas, encuentros, cantos, todo en el marco de la resistencia cultural.

Dos acciones muy sentidas en lo adelante organizamos desde Santo Domingo: 1. La Marcha Cimarrona, donde vimos caer asesinado al dirigente social Efrain Ortiz (Chino); 2. El envío de una delegación de dominicanos a encuentro culturales en territorio Colombiano.

Cinco integrantes de esta Comisión fueron apresados, acusados de guerrilleros y enlistados para ser procesados judicialmente por los llamados Jueces Sin Rostros. 

Entre los 5 apresados estaban Manuel Terrero (Fallecido), Fidel Santana (hoy diputado), Guillermo Brea, Germania Castillo, y otro.

La lucha por su libertad en Santo Domingo no se hizo esperar, se creo el Comite por la Libertad de los Domicanos Presos en Colombia: Cartas, ruedas de prensa, visitas a Cancillería, piquetes frente a la legación diplomática de Colombia en el país, marchas en las comunidades de donde eran originarios los apresados.

Los verdugos en Colombia no cedían.

Entonces desde el Comité y el movimiento social se decidió una acción un poco riesgoza pero que iba a tener una gran repercusión en los medios:

Ocupar la Embajada de Colombia. 

Se escogieron para la acción en la Embajada a 20 jóvenes de distintas partes del país,  de los mas aguerridos y probados.

Debíamos entrar en forma de parejas que "llegamos a buscar visa para visitar a Colombia".

Para dirigir la operación interna dentro de la Embajada (porque el plan consistía en quedarnos dentro) fueron escogidos al compañero del Cibao Víctor Flores Luna (responsable No.1) y un servidor Santo Salvador Cuevas del Sur (Responsable No.2).

Recuerdo que me tocó de pareja una india sanjuanera, pelo liso, baja estatura y un cuerpo bien dotado de belleza (jamás he vuelto a saber de ella), al aproximarnos a la puerta de la Embajada, del otro lado de la calle un policía oriundo de Las Salinas me reconoció, y gritó: "Ese es Tato de Tamayo".

Nosotros avanzamos corriendo hacia la puerta, produciéndose un forcejeo para entrar, en eso apareció una guagua grande repleta de jóvenes con Fernando Peña a la cabeza, en segundo ya estaba ocupada la Embajada.

Si no me engaña la memoria, a la esposa del embajador Pardo Llada, (un desertor cubano, quien falleció en el 2009), le dio una histeria de llanto.

Ya dentro de la Embajada, apareció el Jefe de Seguridad, vestido de civil, pantalón y camisa negra manga larga, parece que con rango de Capitán, de alta estatura, color mulato, pelo liso y negrito, un poco desesperado y empeñado en que abandonemos el lugar.

Fernando Peña (que no estaba en el plan original de los que ocuparían la legación), le explicó los objetivos de nuestra presencia y "la decisión de no salir hasta que sean liberados los Dominicanos secuestrados por el Estado colombiano, y traídos al país".

El tipo de la seguridad se puso como el demonio, en un tu a tu con Fernando Peña, las malas intenciones y la manera en que hablaba "indicaban lo peor".

Lo acordonamos y le dijimos "calmase, con dialogo es mejor...aquí nos jodemos todos".

Al final "el tipo entro en razones".

A fuera cientos de policías cercaron la Embajada, un General de Brigada penetró al lugar, muy calmado y sereno, y entramos en dialogo con él: Fernando Peña, Víctor Flores y yo.

Terminamos  en fila india: todos los ocupantes hacia "las perreras", presos hacia el teleférico del Palacio de la Policía Nacional.

Entre el teleférico, la prisión de 5 días en Ciudad Nueva y el juicio en los tribunales que nos absorbió, hay otra historia que contar.

Continuamos mañana. 

En la foto de arriba aparecemos Víctor Flores, y un servidor, me lo encontré ayer entre los UPS, 25 años  después.