Por Faustino Reyes Díaz.
Tamayo. La Exsenadora Melania Salvador, reclamó de las autoridades sanitarias, en la Provincia Bahoruco, mayor atención ante la amenaza del dengue en este municipio, en cuyo hospital a diario llevan decenas de niños pero no se informa si se trata o no de la temible enfermedad.
La también comerciante, asegura que contactó varias madres que salían en motocicletas con niños en brazos ardiendo en fiebre y otros síntomas de dengue al centro asistencial Julia Santana, lo que fue confirmados por personas afectadas.
“Como ciudadana de esta provincia, estamos haciendo un llamado a las autoridades de Salud Pública para que venga en auxilio de Tamayo. Y vayan a otros puntos de la provincia que de seguro existe la misma situación”, dijo Salvador de Jiménez.
La excongresista, dijo que en el referido municipio solo se ha fumigado en los barrios Alto de La Flores y Valle Encantado, este último del Distrito Municipal de Monserrate, lo que confirmó en la respaldo Belisario Oviedo, Hilda Medina.
Esta joven, duró 15 días interna en el hospital con síntomas de la enfermedad “que vengan que fumiguen por aquí, no han venido ni una sola vez”, dijo Medina.
La señora Teanny Florián, dijo que también una hija suya permaneció interna “en el hospital Julia Santana la doctora que me la atendió me dijo que posible dengue. El diagnostico de ellos es que posible dengue y duró 15 días dándole fiebre”.
La mayor preocupación de los tamayeros, es a raíz de la muerte de una niña de 15 meses de nacida que fue internada en el hospital Julia Santana de donde la refirieron y murió tras ser atendida en el Hospital Robert Reíd.
Hospital.
Un médico de servicio en el hospital Julia Santana, rehusó hablar con los periodistas porque no contaba con autorización, mientras, algunas madres dijeron no saber con exactitud si sus hijos tienen la enfermedad, pero permanecen en el espacio identificado como la sala para afectados de dengue.
Tratamos de obtener la versión de otras personas en el centro asistencial, y rehusaron ofrecer detalles y a que los identificáramos por sus nombres por temor a ser cancelados.
