Un padre decidió llevar a sus hijos al circo. Al llegar a la taquilla, pregunta:
“Hola, ¿cuánto cuesta la entrada?”
El vendedor responde:
“Treinta euros para los adultos y veinte para los niños de 7 a 14 años. Los niños hasta 6 años no pagan. ¿Cuántos años tienen?”
Y el padre responde:
“El menor tiene 3 años y el mayor 7 años”
Con una sonrisa, el chico de la taquilla dice:
“Si usted hubiese dicho que el mayor tiene 6 años, yo no me hubiese dado cuenta, y usted se ahorraría veinte euros”.
Y el padre responde:
"Es verdad, puede que usted no se hubiese dado cuenta, pero mis hijos sabrían que mentí para obtener una ventaja y el recuerdo de esta tarde no sería especial, en realidad sería terrible para su aprendizaje e insertaría en sus mentes el error de que hay que mentir y robar para tener la abundancia que ya tenemos." Y finaliza:
"La verdad no tiene precio. Hoy dejo de ahorrar veinte euros, que no me pertenecían por derecho, pero he ganado mucho más: gano la gracia de que mis hijos sepan la importancia de decir la verdad, pues yo soy su ejemplo a cada instante."
El asistente permaneció mudo. También él tendría una tarde especial para recordar.
- Las palabras convencen, pero el ejemplo enseña. El ejemplo lo es todo.
- La corrupción comienza en los pequeños gestos
SI QUEREMOS UN CAMBIO EN EL MUNDO QUE VEMOS Y EN NUESTRAS VIDAS, DEBEMOS COMENZAR EN CASA CON EL EJEMPLO Y EDUCAR (GUIAR) A NUESTROS HIJOS.