Al conmemorarse el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, quiero reflexionar con justicia desde una óptica humana, familiar, legal y por ende social.
En la historia de la humanidad la mujer ha sido tratada de manera diferente y aún en la actualidad esa realidad se mantiene, con la agravante de los feminicidios.
No creo en una sociedad matriarcal, ni a lo antiguo, ni a lo moderno, tampoco creo en una sociedad patriarcal, cuyos rasgos fundamentales imperan en la actualidad.
Creo en la llamada liberación femenina y en la igualdad de genero, sin violencia del hombre hacia la mujer, ni de la mujer hacia el hombre, el amor y la comprensión debe ser la respuesta a las diferencias y las dificultades.
Hablo desde mi mente y mi corazón, desde los que me pongo a disposición de la mujer, por eso he compartido con mi pareja y con mis tres primeras hijas que son mujeres, absolutamente todo, hasta lo que muchos creen que es función solo de la mujer.
También con mi madre, hermanas y otras mujeres de la familia y amigas.
Como conmemoramos el día de la No Violencia Contra la Mujer, afirmo de manera categórica que repudio esa práctica, que en mi ejercicio de abogado no me gusta defender a esos que abusan de las mujeres y mucho menos si las matan.
Todos los hombres están llamados a comprender a ese ser divino que se llama mujer, a protegerla, cuidarla y como a veces el amor acaba, si llega el momento de la separación, se debe actuar con serenidad y comedimiento, sin ofensas, ni mal trato, con respeto mutuo y sin violencia.