BUSCAR EN NUESTRA PAGINA

Header Ads

lunes, 9 de diciembre de 2019

OPINIÓN: Aprender a no evaluar a las personas en "bloque".

0 comments
POR STILL PEREZ

Una de las grandes lecciones que he recibido de mi maestro y hermano, Carlos Julio Féliz Vidal, es no enjuiciar a las personas en bloque, y ver el lado positivo que siempre tienen. La humanidad es una cántera de virtudes.

Este modo de ver me ha permitido ser más tolerante y comprensivo, más agradable e, incluso, me ha dado la facilidad de poder contribuir a modificar aquello que he creído mejorable en el otro.

En tiempos de campaña política, veo la detractación, la injuria, los ataques crueles, muchas veces inhumanos, contra seres, que, aunque en muchos casos son políticos de profesión, son, antes que nada, seres humanos.

Esos seres humanos tienen familia, mujer, marido, hijos, padres, hermanos, primos y amigos, pertenecen a colectivos que les aman. A todos éstos se ataca también, cuando se lo hace contra aquellos.

Muchas veces he oído a alguien propagar o difundir un defecto que yo ignoro, acerca de otra persona. Independientemente de la realidad o no de ese defecto, nunca lo vi, porque desde hace muchos años, no me he enfocado en buscar defectos en los humanos.Tampoco es forma propia, el criticar a algún político, porque éste, en algún momento, no haya podido hacerme un favor o regalarme "algo".

Muchas veces me sucedió el mismo error que aludo, de enjuiciar sobre lo que consideré algún defecto de alguien.

Siempre recuerdo lo poco o mucho que alguien, en algún momento de su vida, hizo por mí. Me he preocupado por vivir de lo que he aprendido. Nunca he sido empleado público. Lo que algún político me ha entregado, si acaso lo ha hecho, ha sido en retribución de algún trabajo realizado. En épocas de estudios universitarios he recibido ayuda de algún amigo, en momentos de apuros.

En el año 2006, cerca de las 11pm, me dirigí a la residencia del actual alcalde de Barahona, Tavito Suberví. Lo hice movido por la necesidad de extrema urgencia de un amigo, quien me solicitó ayuda para conseguir una ambulancia, que sería para el traslado de una prima hermana suya, que había sido atropellada por una patana.

Si ésta no llegaba rápido a la Capital, moría.

En Barahona y otros pueblos cercanos es común que no existan ambulancias, y cuando las hay no están disponibles o no funcionan bien.

En este contexto de desesperación, desconsuelo y urgencia extrema, dada mi peculiar sensibilidad frente a la vida, me dirigí raudo y veloz a la casa de Tavito Suberví, único ente público que entendía podría ayudarme, en horas que se suponía estaba durmiendo.

Fui atendido rápidamente por un joven que me abrió la puerta. Tavito autorizó que pasara hasta donde él estaba, en el patio de la casa. Sólo tuve que contarle lo que pasaba e inmediatamente llamó a un taxista de confianza, lo envió junto a mí a llenar el tanque con combustible, e inmediatamente dispuso que procediéramos a buscar a la moribunda joven. Todo se hizo en menos de 10 minutos.

Gracias a Dios la joven sobrevivió y aún vive.

Hay muchas situaciones particulares que prueban que las personas no son los defectos, que además son las virtudes, todo depende de la óptica en que sean vistas.

No hay seres en bloques, todos podemos ser pasibles de ser vistos desde lo malo o lo bueno.

Años más tarde, vi a este mismo hombre, llorar desconsoladamente por la pérdida de su hijito, a finales de 2009, en plena Navidad. Observé cómo el pueblo de Barahona fue en extremo solidario frente a su penosa causa. Barahona le dio consolación, amor y compasión.

A Tavito nunca le he visto proferir improperios, insultos o malas palabras, contra aquellos que lo han atacado. Por contra, les respeta y busca, les saluda con altura, y, si les puede resolver alguna situación personal o familiar, lo hace, aún en casos de tratarse de algún adversario político.

Sugiero que nos aboquemos a esta filosofía de vida, veamos con amor a nuestro prójimo, tal vez así le ayudemos a cambiar aquello que realmente está mal.

Las personas son más que un bloque de defectos; también lo son de virtudes.