POR RHINA VELAZQUEZ
En este majestuoso y contrastante Sur, destacado a través de la historia por sus aguerridos hombres desde los tiempos del cacique Enriquillo. Aquí en este contrastante Sur, donde el patriota cubano José Martí, dice nuestro Pedro Henríquez Ureña, vino a buscar un aliciente para liberar a su patria Cuba “allí donde las ondas azules del famoso lago Enriquillo, elevan el alma al ideal y donde las elevadas montañas parecen entonar un himno de libertad”.
Y logró su sueño de liberar a su patria con la ayuda del presidente Lilis y nuestro destacado banilejo Máximo Gómez.
Hoy empezando los albores de un nuevo año, es tiempo que el Sur se ponga de pie, invocando al altísimo y al país en general para el rescate de sus grandes íconos. Iconos que no solo pertenecen al Sur, sino a nuestro país, República Dominicana.
Es por ello que por primera vez se mencionó el nombre de República Dominicana a nivel internacional.
Nos referimos a María Montez, única estrella dominicana de cine que ha triunfado en Hollywood, llamada la “Reina del Technicolor”, la única que se le ha realizado un homenaje en el festival de cine en Cannes, Francia.
Casandra Damirón, delegada cultural internacional, quien puso en alto nuestro folklore dominicano en el exterior.
Ramón Oviedo, autodidacta homenajeado por la UNESCO, cuya foto se encuentra en la galería del Office al lado de los grandes maestros en Florencia, Italia.
Entre los hijos adoptivos de este Sur, el destacado botánico español, Reverendo Padre Miguel Fuertes, quien vino al país con un conde alemán a estudiar la flora y fauna de las Antillas, pero al llegar al Sur, quedó prendado de su exuberante belleza y se quedó a vivir en Barahona.
Su colección de plantas se encuentra en los museos más importantes de Europa y los Estados Unidos.
Pendiente realizar museos dedicados a su memoria, que serán un orgullo para el Sur y nuestra patria, República Dominicana, que bien merecido lo tiene por traer a esta tierra hijos tan meritorios.
No permitamos que mueran las personas que puedan ayudarnos a conseguir sus pertenencias o réplicas para esos importantes museos, que formarán parte de nuestro turismo cultural nacional.
Hagamos un movimiento cultural por las nuevas generaciones, rescatemos nuestros valores culturales, porque como dijo nuestro Pedro Henríquez Ureña “solo la cultura salva a los pueblos”.
Siempre recuerdo al principio de mi llegada a Barahona, que tuve la oportunidad de asistir a muchas actividades artísticas con la presencia de doña Casandra Damirón y en una de ellas vino con otra artista de Barahona “Ludovica”, acróbata quien bailaba en Las Vegas, pero antes de hacerlo aseguraba sus piernas por un millón de dólares.
Solo una muestra porque sé que hay una gran cantera de artistas en este pueblo: ejemplo Jorge Pineda y muchos más, por eso luchemos por rescatar nuestros valores culturales a una sola voz: ¡es tiempo ya!.