POR DAVID RAMIREZ
Lo que hoy padece la República Dominicana con la epidemia del coronavirus COVID-19, en parte, se lo debemos a la camarilla del Partido Comunista Chino (PCCh), que gobiernan con puño de hierro la República Popular China.
Casi un millar de dominicanos afectados con ese virus, 42 fallecidos, miles de dominicanos en peligro de quedarse sin empleos, empresarios y microempresarios al borde de la quiebra económica, infelices que viven del día a día sin poder conseguir el sustento para su familia, una epidemia que ha obligado a las autoridades a confinar parcialmente a la población para que el país no sucumba ante el contagio.
Una epidemia que dejará a nuestra nación más arruinada de lo que estaba, ya que más del 75% del aparato productivo del país está paralizado, lo que podría afectar las condiciones socioeconómicas de todos los dominicanos, en pocas palabras, habrá más hambre, carencias y desesperanza.
Me da grima pensar que todo esos importadores chinos que tenemos en los pueblos del interior de país, como Barahona, viajaban inocentemente a su nación de origen a comprar mercancías para venderlas en sus tiendas, ignorando que su gobierno llevaba meses haciéndose la vista gorda y luego ocultando una pandemia peligrosa que cobraba las vidas a miles de sus hermanos, viajaban a una nación cuyo gobierno dictatorial arrestaba a quienes intentaban advertir del peligro a la humanidad en las redes sociales.
Es una vergüenza que el gobierno de Danilo Medina trate de vendernos como "solidario y bondadoso" al gobierno chino que donó recientemente a la República Dominicana mascarillas, test y otros equipos, siendo ellos culpables de lo que hoy estamos sufriendo con la epidemia del COVID-19, culpables por haber ocultado un peligroso virus que hoy tiene a la humanidad de rodilla.
Por lo que está sucediendo hoy en mi país me veo obligado a redefinir y abandonar muchas de mis viejas concepciones del mundo,sobre todo, aquellas que tienen que ver con el marxismo- leninismo. Es innegable que este desgraciado evento ha afectado las vidas de muchas familias, incluyendo la nuestra, y la ha cambiado para siempre.
