SANTO DOMINGO: Monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, le correspondió interpretar la última de las expresiones de Jesús antes de morir en la cruz en el Sermón de las 7 Palabras, que la Iglesia realiza los viernes Santo
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, expresión que conectó con la situación actual que vive el país y el mundo
“Siempre me ha llamado la atención esta séptima palabra de Jesús en la cruz. Me llama la atención porque humanamente no se entiende que un ser humano que está agonizando, en el último minuto de su vida, pueda gritar (como dice el texto de Lucas) “con voz fuerte”: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, expresó.
Por otro lado, puso en contexto la situación que se vive, la cual dijo que es “una experiencia de prueba y de dificultades”.
“Estamos viviendo una experiencia de prueba y de dificultades. Una experiencia en la cual tenemos que confirmar nuestra fe y nuestra confianza en Dios”, enfatizó monseñor Ozoria Acosta.
Para concluir, el arzobispo cerró con una reflexión de las palabras del Papa Francisco en la bendición Urbe et Orbis, donde a Jesús alentaba sus discípulos en aquella tormenta en el lago.
“Entreguémosle nuestros temores, para que los venza. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo. Él trae serenidad en nuestras tormentas, porque con Dios la vida nunca muere”, concluyó.
El sermón de las siete palabras como cada año se realizó en la Catedral de Santo Domingo con los feligreses a distancia en los receptores de televisión, radio, celulares u otros dispositivos móviles.
La interpretación de la primera palabra “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” recayó en Rvdo. Fr. José Hernando, la segunda
“Hoy estarás conmigo en el paraíso” en Nelson Clark, Rector Catedral Primada de América, la tercera “He ahí a tu madre” en el padre Abraham Apolinario, Vicario General de la Arquidiócesis de Santo Domingo, la cuarta palabra “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” fue interpretada por el padre Juan B. Cordero, la quinta palabra “Tengo sed”, por el padre Pablo de la Cruz, la sexta palabra, “Todo está consumado” por el padre Nelkys Acevedo y la séptima por Monseñor Ozoria