Nuestras emociones son necesarias para sobrevivir en la naturaleza. No siempre hay que controlar las emociones, ya que nuestra seguridad depende muchas veces de reacciones automáticas que nos alejan del peligro.
Sin embargo, poseer un piloto automático emocional para todas las situaciones, puede hacernos tomar decisiones no racionales.
Podemos ser controlados por la ira y el enojo, así como ser esclavos de la agresión y la violencia.
De esa forma tendemos a ser violentos con nuestros hijos y ser violentos con extraños y en nuestros trabajos. En nuestro país hay muchas situaciones violentas en problemas de tránsito cuando hay choques y colisiones.
Hay que bajar la reactividad emocional cuando estamos en la llamada selva asfáltica de la vida moderna.
Hace un año compartí el interesante tema de control emocional con orientadores, en Barahona. Discutimos la importancia de controlar nuestras emociones para cualquier trabajo que realicemos.
Debemos controlar la ira al momento de disciplinar a nuestros hijos, o cuando tenemos conflictos con nuestra pareja.
Como técnicas para mejorar en el control emocional se planteó tomarse tiempo fuera y controlar la reactividad emocional, entre otras técnicas.
