Al cumplirse seis años de aquel día triste en que el pesaje nos dijo que rebajaste algunas libras, fruto de la partida de tu alma a otras latitudes, te sentimos al lado de tus hijos, madre, hermanos, colegas y amigos.
Recuerdo tu alegría cuando bautizamos a mi ahijado y cuando celebrábamos su cumpleaños, también cuando celebrábamos los de tus otros niños.
No olvido los corre corre cada vez que tu corazón latía lento, tu operación colocación de un aparato auxiliar y los chequeos, siempre acompañado de tus buenos amigos.
Extraño tus consultas sobre muchos temas, las informaciones que me dabas, a cualquier hora, incluidas las madrugadas, también tus lecciones sobre redacción de la noticia, especialmente sobre los párrafos de no más de diez líneas y los escritos de no más de diez párrafos.
Aún se sienten tus Ecos del Sur diciendo la verdad, verdad verdad verdad verdad.
Y yo fundé un periódico, Larimar Digital, cuya sala de redacción lleva tu, con una foto grande, donde te vemos y pensamos a diario, porque no hay lugar para el olvido para un periodista fajador, ganador, capaz trascendente como tú.
Hoy se hará la sexta misa por tu alma buena, se hará en tiempo de pandemia, que impone limitaciones, pero se hará y tú nos acompañará desde donde quiera que estés, porque tu no te fuiste, te quedaste como ejemplo.
