Hombres agobiados de estrés por trabajo excesivo y responsabilidades, pueden presentar problemas de erección (impotencia sexual) y eyaculación precoz.
En mujeres sometidas a estrés laboral, doméstico y familiar, pueden presentar disminución de la lubricación vaginal, poco deseo sexual y dificultad para lograr el orgasmo.
El estrés afecta todo nuestro organismo y puede provocamos diferentes enfermedades, cefaleas, problemas estomacales, hipertensión arterial, dificultad para concentrarnos y fallos de memoria.
También afecta el sistema inmunológico, nos hace más vulnerables a infecciones, cáncer y provoca cambios endocrinos (hormonas); es en esa última parte donde se altera el desempeño sexual.
El estrés aumenta los niveles de cortisol, los cuales influyen en la posterior disminución de las hormonas sexuales (estrógenos y andrógenos).
Con la disminución de las hormonas sexuales pueden ocurrir diferentes disfunciones, pero el estrés por si sólo provoca bloqueos del reflejo de la erección. Por la gran tensión física y emocional hay poca concentración y mucha expectación con el desempeño.
Por esa razón aunque los niveles de hormonas sexuales estén normales, el estrés puede alterar el deseo sexual.
Interfiere en los reflejos que ayudan a disparar la excitación sexual: la lubricación en la mujer y la erección en el hombre.
La Terapia Sexual ofrece técnicas que resuelven las disfunciones sexuales. Es importante brindar un manejo integral y sistémico al estrés.
