El Tratado de Versailles del 28 de junio de 1919 puso fin a la Primera Guerra Mundial y sirvió de partida de nacimiento al Derecho del trabajo, disciplina que emergió en esa fecha como una rama con fisonomía propia desprendida del Derecho civil, siendo factores influyentes para que al firmarse el tratado de paz se tomaran en cuenta reivindicaciones del mundo laboral, tales como:
La tregua social entre las organizaciones sindicales y las clases gobernantes de Europa occidental durante los años de la guerra (1914-1919).
Los grandes sacrificios asumidos por los trabajadores y su participación activa en el conflicto no obstante los llamados a permanecer al margen del conflicto.
Las promesas de la dirigencia política de crear un mundo más justo.
La agitación social y las situaciones revolucionarias que estallaron en varios países europeos.
El triunfo de la revolución bolchevique de 1917.
Toda la parte decimotercera del Tratado de Versailles, en total cien artículos fueron consagrados al problema del trabajo, creándose la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y reconociéndose los principios que en lo adelante servirían de base al Derecho del trabajo:
El trabajo no puede ser considerado como una simple mercancía o un artículo de comercio.
El derecho de los trabajadores y de los empleadores de asociarse para todos los objetivos que no sean contrarios a las leyes.
El pago de un salario que asegure un nivel de vida conveniente.
La adopción de la jornada de trabajo de ocho horas por día o de cuarenta y ocho por semana.
La adopción de un descanso semanal de veinticuatro horas los domingos siempre que sea posible.
La supresión del trabajo de los menores y la obligación de establecer limitaciones al trabajo de los jóvenes con el fin de permitirles continuar su instrucción y asegurarles su desarrollo físico.
El principio de igual salario para igual trabajo sin distinción de sexo.
Un tratamiento económico equitativo a favor de los trabajadores migrantes que residen legalmente en cada país.
La organización de un servicio de inspección con la finalidad de asegurar la aplicación de las leyes y reglamentos para la protección de los trabajadores.
Multiplicidad de factores dieron como resultado que a partir de 1919 el Derecho de trabajo se haya visto fortalecido y como consecuencia mejoras sociales para los trabajadores, cuando la intervención del Estado se manifestó activamente en favor de los más desposeídos. El Derecho del trabajo, que se desprende del Derecho civil, en 1919 evoluciona imbuido de un espíritu eminentemente social opuesto al individualismo jurídico, desarrollo marcado por la preocupación de proteger al trabajador, cuando el Estado tomó decisiones basadas en consideraciones económicas destinadas a la preservación del interés general.
Hasta el decenio del 70 el Derecho del trabajo conservó un puesto sin discusión en la búsqueda del mejoramiento de las condiciones de trabajo, pero a partir del 1979 esa posición comenzó a ser cuestionada: sucesivas crisis económicas ocurridas principalmente en países de occidente han conducido a una de carácter estructural, lo que ha provocado como respuesta un fuerte cuestionamiento al modelo de intervencionismo estatal y de ahí la existencia de tendencias contemporáneas como el neoliberalismo y la flexibilización del trabajo, tendencia que surge de un nuevo modelo económico.
Si las normas del Derecho del trabajo crean obstáculos a la productividad o a la competitividad de las empresas, las mismas deben ser revisadas, lo que implica pasar de un modelo de legislación destinado a proteger al trabajador a un esquema flexible que permitiera jugar con cierta libertad a la fuerza del mercado.
