Sorangel Melo, una señora con más de diez años vendiendo guineos, plátanos y rulos, después de ser desalojada de su puesto de trabajo, con esa única fuente de ingreso, dijo que desconoce cuál será su paradero.
Una envejeciente de nombre Mirka Méndez, quien tiene su residencia frente al mercado, dijo que cuando el alcalde llegó acompañado de sus servidores, en seguida rompieron el toldo de un negocio propiedad de su hijo, acción que le provocó gran temor.
Mientras que Francisca, una señora residente en la comunidad El Barro, al ver el grito de los vendedores de sus puestos de venta, reaccionó y diciendo: “lo que el alcalde Ruddy González tiene que hacer es tapar los hoyos de las calles de la ciudad”.
Otro de los afectados afirmó “parece que solo hacen este tipo de maltrato contra los más humildes, mientras los ricos de Azua se han apoderado de todas las aceras para sus negocios, pero la alcaldía no hace ni dice nada”.
Los vendedores han tenido que refugiarse en pequeños callejones, próximo a algunas casas, ya que con solo acercarse a las aceras, aparece la fuerza pública.
