Tomado de HOY
“Fui beneficiada con el programa de ayuda del Gobierno a través de la cédula no de tarjeta (…) Estaba cobrando normal todos los meses hasta mayo del año pasado cuando empecé a tener problemas porque los depósitos no caían en su fecha”, dijo.
“(…) A partir de julio empezaron a robarme los fondos, iba a reportarlo a la oficina de ADESS, ellos me daban información de donde me robaban (…) Ellos me dijeron que si la bloqueaba iba durar un tiempo para desbloquearse pero yo quería que la bloquearan. Para que la esté consumiendo otro que no sé quién es que la bloquearan”, describe la joven embarazada.
Entrevistada en el programa “El Despertador”, Sumaira Matos García, afirmó que en ADESS le fue entregada una tarjeta “Supérate” de forma provisional.
“La joven en ADESS me dijo que yo calificaba para una tarjeta provisional, en noviembre, me la entregaron pero me dijeron que fuera a finales de febrero de este año para activarme la tarjeta (…) me hicieron firmar un listado de entrega y un dispositivo electrónico, me retiraron la que me habían dado en ADESS y me entregaron este nuevo plástico con mi número de cédula detrás escrito con un crayón (…) Me dijeron que podía utilizarla a partir del día cuatro de marzo”, expresó.
Ya para el 15 de marzo, la joven narra que acude a un establecimiento para ver si la tarjeta tenía fondos “(…) Paso el primer bouncher (…) En ADESS me dijeron que era posible que todos estuvieran acumulados (…) A partir del quinto bouncher yo digo oh me pusieron todos los meses, el continuó pasándola, a partir del décimo bouncher (…) Salían bouncher de 5 mil, 10 mil incluso 15 mil. Se pasaron 49 transacciones. No apareció nadie que dijera eso no es normal”.
“Retiré mi tarjeta porque eso no es normal. Retiré todos los bouncher y me dirigí a la oficina”, manifestó Sumaira al dirigirse al ADESS por la eventual anomalía.
Detenida
Relata que acudió donde las personas responsables de las tarjetas “Supérate” para ponerlas en conocimiento de la situación pero no recibió el trato de lugar.
“(…) Se apersonó el DICRIM, llegó un guardia enviado por el coronel de ADESS de Santo Domingo (…) Nadie incautó el verifone, no le hicieron preguntas al personal del comercio. Todo el que llegó fue apresarme a mi exclusivamente”
Entre lágrimas relata que: “Yo estoy en calidad de detenida, ellos me dan un permiso (…) Las ordenes que tiene la fiscal es dejarme en el destacamento donde no hay baño, no hay nada; los pies se me hinchan ahí sentada todo el día (…) Hoy estoy esperando que me llamen para ir al tribunal porque yo tengo una acusación de parte de ADESS”.
