Esto abre un debate más profundo. En cada gobierno, sin importar el color partidario, siempre vimos apóstoles defensores del endeudamiento externo. Lo mismo preconizan los prestamistas internacionales. Pero resulta que los préstamos y los bonos soberanos hay que pagarlos con intereses. Y los países deudores para pagar tienen que recortar los gastos sociales.
De ahí viene la privatización de los hospitales y los servicios públicos, como las licencias de armas de fuego por ejemplo.
Pero resulta que si el Hospital Jaime Mota, por ejemplo, va a ser privatizado, siempre será con una supersubvencion que nunca hemos merecido los que hemos dirigido esa honorable institución. Igualmente habría que readecuarlo como el Luis E. Aybar, el Padre Billini, el HOMS de Santiago y La Plaza de La Salud, entre otros, que cobran hasta por la respiración de un paciente.
Todo con inversión estatal de nuestros impuestos y a costa de nuestro miseros salarios.
Por qué los privatizadores no construyen con sus propios recursos económicos, instalaciones de salud para competir con hospitales públicos con verdaderos gerentes contratados por un periodo de tiempo y en base al cumplimiento mínimo de INDICADORES?
Verdaderos gerentes inmunes a la presión de los depredadores políticos locales, que históricamente no les importa el buen servicio SINO que les pongan a cobrar a sus gentes con los recursos destinados a compra de medicamentos, insumos, equipos y mejores condiciones laborales de sus recursos humanos.
Desacreditar al sector público para justificar privatizar los servicios, es una táctica histórica de muchísimos años. Y lo grande es que la comparación de público y privado nunca se da administrando los mismos recursos ni las mismas insuficientes subvenciones.
