Contrario a las letras de una famosa canción, la abogacía es compasión y amor por la sociedad, pues aquella subviene, colocándose en un extremo del palenque forense, a construir la verdad jurídica para que el juzgador tenga capacidad de enjuiciar correctamente.
Sin el abogado, los conflictos humanos de cualquier sociedad terminarían en tragedias sucesivas y en guerras entre familia.
Paralelo a la medicina, por su nobleza, está el abogado que procura justicia, en las decisiones que involucran los bienes y la libertad, los aspectos más valiosos después de la vida humana.
¡Feliz día de los abogados dominicanos!