Con la celebración del Día Internacional de la Mujer, el recién pasado 8 de marzo, nos vemos obligadas a escuchar un aluvión de palabras vacías.
Muchos se “montan en la ola" y quieren mostrar sus supuestos afectos y valoración hacia la mujer. En tanto, asistimos al horror de hechos de violencia que se llevan la vida de una madre, hija, hermana, de una mujer llena de metas.
Cada vez, más mujeres son víctimas de violencia física, verbal, psicológica o económica; en contradicción, cada vez menos mujeres ocupan posiciones de poder en la administración del Estado o en el ámbito privado.
Mientras, más allá de los discursos, ¿Qué pasa con la definición de políticas públicas para promover la inclusión social de la mujer? ¿A qué nivel estamos?
Las mujeres merecemos respeto, mayores niveles de equidad y participación, y cero palabras vacías.
