El niño Deilin Matos, limpiabotas y lava carros, fue incendiado como antorcha por el menor JAG, quien fue condenado a ocho años de prisión y dos de los hijos de Yayo, los señores Waldo Mesa, condenado a diez años de prisión y Huraldo Mesa (Melvin), condenado a 20 años de prisión.
Desde que sus hijos fueron condenados Yayo ha buscado la forma de hacerle daño al Profesor Santo Matos y a su familia, olvidando que este fue su compañero y miembro de su equipo de campaña y que fue víctima de sus hijos cuando le mataron sin motivos al niño Melvin, un nieto que había criado como un hijo, muy educado, honesto y trabajador.
El daño que Yayo y sus dos hijos han causado al Profesor Santo Matos y su familia a llevado a una terrible enfermedad a una hija que no ha podido seguir estudiando, ni trabajando, por el deterioro mental y de su sistema nervioso.
Esa enferma tiró unas piedras a un vehículo de Yayo, rompiéndole un vidrio, momento en que el Profesor Santo Matos no estaba presente, por lo que no participó en el hecho, ni emitió palabras contra Yoyó.
Dionora Matos, hija del profesor fue que le tiró la piedra al vehículo, pero como Yayo sabe de su mal estado de salud mental y del sistema nervioso, abusó del poco poder que le queda para hacer preso al padre de la enajenada, olvidando en su condición de abogado, que nadie es responsable penalmente por el hecho de otro.
La familia del Profesor Santo Matos reclama su libertad al tiempo que responsabiliza a Yayo y a sus hijos de lo que le pueda pasar en la cárcel y cuando recobre su libertad.
