SANTO DOMINGO: La fotografía apasiona, y cuando se hace con profesionalismo mucho más. Es el caso de Carlos Objio Sarraff, que con su cámara va exponiendo las bellezas naturales de la República Dominicana sin ninguna otra pretensión que poner de manifiesto su arte.
Proveniente del mundo de los negocios, sobre todo en comercialización de combustibles y venta de autos, el dilatado fotógrafo tiene un especial atención en fotografiar las aves, sobre todo las endémicas.
Objio Sarraff disfruta apasionadamente el arte fotográfico como lo hace un niño pobre al recibir su primer juguete.
Oriundo del agreste municipio sureño de Duvergé, el profesional del lente, de ascendencia palestina, quiso variar en esta ocasión, y expuso una de las bellezas marinas de la región Sur: Puntarena, Los Corbantios, en Baní.
La fotografía de Objio Sarraff demuestra esmero tal como lo hace un escultor sobre una madera, piedra o metal.
Esta fotografía, Puntarena, está hecha como un experto cirujano moviendo con cuidado el bisturí en el corazón de un paciente. La concentración y la precisión juegan un papel de primer orden en los dedos y el ojo crítico de Objío Sarraff.
Parece un dibujo desafiando la fotografía…se refleja destreza al captar los rayos del cálido sol que derriten el alba sobre las aguas tranquilas de Los Corbanitos, en Baní.
