Monseñor Romero Cárdenas, dijo que su principal deseo para la familia dominicana, sobre todo, para las que viven en las provincias Pedernales, Barahona, Bahoruco e Independencia, territorios que conforman esta Diócesis, es que disfruten de unas navidades en paz y alegría junto a sus respectivas familias y amigos.
Llama, asimismo, a no se dejarse “arrebatar” la alegría que nos regala el Padre Dios en su Hijo Jesús, en estos días de fiestas que debe ser, reitera, para compartir junto con la familia, parientes, vecinos, amigos y relacionados.
“Para ello debemos abrir el corazón a Dios. Él es quien hace posible la Navidad. Durante estos días propiciemos los encuentros con nuestras familias amigos y vecinos”, dijo la principal autoridad católica en el Suroeste de República Dominicana.
El obispo Romero Cárdenas, entrevistado en exclusiva por #LaLupadelSur, solicita, además, a que renovemos nuestros vínculos con Dios, con los hermanos y con nosotros mismos.
Consideró que se trata de una época y un tiempo para compartir lo que somos y tenemos, así como un tiempo para dar lo mejor de nosotros: “amor, perdón, comprensión, tolerancia”.
De igual modo, el obispo de esta Diócesis, afirmó que se trata de un tiempo, el de Navidad, para ejercitar la humildad, sin olvidar que “Dios se hace niño”.
Llama a que alejemos de nosotros la soberbia, la prepotencia, la intolerancia y la violencia, por lo que exhorta a que seamos “moderados en nuestras celebraciones”.
Consideró como muy importante evitar crear situaciones de conflictos innecesarios con nuestros comportamientos, reiterando que celebrar en familia “garantiza una Navidad llena de paz y felicidad”.
“Deseo ardientemente que todos entremos en el espíritu propio de este tiempo. Que haya mucha solidaridad para que todo dominicano pueda tener lo necesario para celebrar estos días, sin importar partido político, estatus social o color”, expuso.
Reiteró su llamamiento para hacer un ejercicio en estas navidades que esté orientado a la solidaridad, gratuita y auténtica, sobre todo, de que Dios “sea el primero y la verdadera causa” de estas fiestas.
