El amor. Ese que tantas veces idealizamos, que inspira canciones, poemas y hasta decisiones de vida. El amor romántico, en particular, ha sido por generaciones el gran protagonista de nuestras historias personales y culturales. Pero últimamente, una pregunta empieza a rondar en el aire… ¿Será que el amor romántico está en peligro de extinción?
Antes de responder, vale la pena preguntarnos: ¿qué entendemos hoy por amor romántico? Hablamos de esa idea tradicional que combina pasión, compromiso, exclusividad y cierta dosis de idealización. Un modelo que nos enseñaron desde pequeños, en el que encontramos a alguien “especial” que nos completa, nos acompaña por siempre y nos promete felicidad incondicional.
Sin embargo, esa narrativa está siendo cada vez más cuestionada. Hoy valoramos la independencia emocional, la libertad de elegir y el amor propio como base para amar a otros. Las nuevas generaciones, y muchos adultos también, están resignificando lo que significa estar en pareja.
Las redes sociales, las apps de citas y la cultura de lo inmediato también han cambiado la forma de vincularnos. Las relaciones parecen más rápidas, más volátiles, y eso nos lleva a pensar que tal vez el amor profundo, comprometido y duradero ya no tiene tanto espacio.
Pero, ¿de verdad el amor romántico está desapareciendo… o simplemente está evolucionando?
La psicóloga Silvia Congost, especializada en autoestima y dependencia emocional, lo resume muy bien cuando dice: “Amar no es necesitar, es elegir compartir la vida desde la libertad”. Y esa frase lo dice todo. Ya no se trata de fundirse con el otro, sino de sumar caminos desde el respeto y la autonomía.
En la misma línea, la terapeuta de pareja y conferencista internacional Esther Perel nos invita a reflexionar sobre las expectativas que depositamos en nuestras relaciones: “Hoy le pedimos a una sola persona lo que antes nos daba toda una comunidad. Queremos que nuestra pareja sea nuestro amante, mejor amigo, terapeuta y compañero espiritual”. Esta presión muchas veces genera frustración y desilusión… no porque el amor esté muriendo, sino porque lo cargamos con una mochila que tal vez no le corresponde.
Entonces, ¿qué está pasando con el amor? Tal vez estamos aprendiendo a amar de formas más conscientes, menos idealizadas y más reales. Tal vez el amor romántico no se está extinguiendo, sino transformando. Hoy, amar también puede significar aceptar la imperfección del otro, crecer juntos, comunicarse con honestidad, respetar los procesos individuales y construir algo sin perder la esencia propia.
El amor romántico no es el villano. Lo que necesita es una actualización. Dejar atrás los cuentos de hadas y construir nuevas formas de amar que nos nutran, no que nos anulen.
Porque mientras haya seres humanos buscando conexión, ternura y sentido… el amor seguirá ahí. No como antes, pero quizás, mucho mejor.
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.