SANTO DOMINGO: Un testimonio cargado de emociones y con potenciales repercusiones políticas se ha convertido en el centro de atención nacional, luego de que Ángel González, conocido también como “Leonel Adrián” o simplemente “Adrián”, afirmara públicamente que su madre, Yolanda Robles Peña, le confesó antes de su fallecimiento que su padre biológico es el expresidente Leonel Fernández.
La revelación, hecha por González en un espacio público y con tono firme, incluye un detalle que ha generado múltiples reacciones: en el año 2008, según dijo, se sometió junto a Fernández a una prueba de ADN basada en muestras de sangre y saliva.
Pero más de 15 años después, los resultados de aquel análisis nunca le fueron entregados. Esta situación lo ha llevado a exigir que el laboratorio responsable revele los datos, asegurando que el silencio mantenido hasta ahora solo ha profundizado la incertidumbre y el dolor.
Además del tema de la prueba genética, González planteó una inquietud relacionada con los registros civiles de su madre. Solicitó a la Junta Central Electoral (JCE) que explique la razón por la cual en los documentos oficiales figura un supuesto divorcio que, según afirma, nunca se produjo.
Considera que esta irregularidad ha afectado la credibilidad de su historia familiar y exige que se aclaren los datos de forma transparente. En su declaración, González apeló directamente a la familia Fernández, dirigiéndose en particular a Omar Fernández, actual legislador e hijo del expresidente.
Advirtió que el daño que se le está causando no es a un desconocido, sino a un presunto hermano mayor, con todo lo que ello implica en términos de vínculo y respeto. Sus palabras reflejaron no solo un reclamo de identidad, sino también una demanda de reconocimiento y justicia.
A partir de estas declaraciones, se abre una nueva etapa de presión pública en torno al expresidente Fernández y su entorno familiar. Las autoridades electorales están llamadas a emitir una respuesta sobre los documentos civiles cuestionados, mientras que el laboratorio implicado en la prueba de ADN podría verse obligado a revelar sus registros internos.