Amar después de haber fallado una y otra vez no es fácil. Cuando acumulamos decepciones, rupturas dolorosas y promesas que se rompieron antes de tiempo, es natural que el corazón se vuelva cauteloso, que el alma levante murallas y que el amor parezca más un riesgo que una bendición.
Pero… ¿y si el verdadero amor no es el que llega cuando todo va bien, sino el que somos capaces de redescubrir cuando ya creíamos que no era posible?
El peso de las cicatrices emocionales
Las experiencias pasadas nos marcan. Cada relación que termina nos deja aprendizajes, pero también miedos. Miedo a repetir patrones, a elegir mal, a volver a sufrir. Y sin darnos cuenta, esos miedos pueden cerrar puertas antes de que alguien siquiera toque.
Muchas veces, tras varios fracasos, no solo dejamos de confiar en los demás, sino que también perdemos confianza en nuestra capacidad de amar sanamente. Y en ese proceso, podemos olvidar que no somos los mismos de antes, que hemos crecido, que sabemos más, que hemos aprendido a poner límites y a reconocer señales.
Reconciliarse con el amor propio
Antes de volver a amar a alguien, necesitamos reconciliarnos con nosotros mismos. El amor propio no es solo autoestima, es también compasión hacia nuestras versiones pasadas, perdón por lo que permitimos y agradecimiento por lo que sobrevivimos.
Redescubrir el amor empieza por ahí: por mirarnos con ternura, por entender que merecemos algo diferente, no porque seamos perfectos, sino porque hemos trabajado para sanar.
Nuevas formas de amar, desde otro lugar
Después de varios fracasos, no amamos igual. Amamos con más conciencia, con más claridad. Ya no idealizamos tanto, no nos dejamos llevar solo por la emoción del momento. Buscamos compatibilidad, valores compartidos, estabilidad emocional.
Y aunque esa madurez puede hacer que el inicio de una nueva relación sea más lento, también lo vuelve más real, más genuino.
¿Vale la pena arriesgarse otra vez?
La respuesta corta es sí. No porque el amor garantice no volver a fallar, sino porque cada intento, si nace desde un lugar sano, nos conecta con lo mejor de nosotros: la capacidad de confiar, de construir, de compartir.
Amar después de muchos fracasos es un acto de valentía. Significa decirle a la vida: "A pesar de todo, sigo creyendo en los vínculos. Sigo creyendo en mí. Y sé que merezco algo bonito, algo verdadero."
Un nuevo comienzo, a tu ritmo
Si estás en ese proceso de redescubrir el amor, permítete ir con calma. No necesitas tener todas las respuestas. Solo necesitas estar presente, escuchar tu intuición y permitirte sentir sin miedo, sin prisa y sin culpa.
Porque a veces, después de muchos finales, llega por fin un comienzo que tiene sentido.
Espero que este artículo llegue a ti en el tiempo preciso ... Compártelo con aquellas personas que entienden que les puede gustar.
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.