En algún momento de nuestras vidas, todos enfrentamos una etapa de profundo cuestionamiento interior. Un periodo donde nada parece tener sentido, donde lo que antes nos sostenía ya no nos sirve, y lo que soñábamos se ha esfumado o transformado. A este proceso se le conoce como la noche oscura del alma.
No se trata de una depresión común, ni de una crisis existencial superficial. La noche oscura del alma es un proceso espiritual profundo, un desmantelamiento del ego y de las estructuras internas que nos daban identidad, seguridad o propósito. Es un “vacío fértil” en el que, aunque parezca que todo muere, en realidad algo nuevo está germinando.
Pero ¿cómo se sobrevive sin caer?
1. Reconocer que es parte del viaje
Lo primero es aceptar que esta noche oscura no es un castigo, sino una oportunidad de transformación. Resistirse a este proceso solo lo intensifica. Es como atravesar un túnel: si te detienes, te asfixias. Si caminas, aunque con miedo, encuentras luz al final.
2. Validar tus emociones sin dejar que te dominen
Durante esta etapa puedes sentir tristeza profunda, vacío, pérdida de sentido, e incluso rabia o desesperanza. No las reprimas, pero tampoco te aferres a ellas. Observa tus emociones como si fueran olas: vienen, suben, bajan y luego pasan. Permítete sentir, pero no te identifiques con el dolor como si fuera tu única verdad.
3. Buscar silencio, pero no aislamiento
El silencio es medicina en este tipo de procesos. Nos permite escucharnos sin tanto ruido externo. Sin embargo, aislarte por completo puede ser contraproducente. Busca momentos de conexión auténtica: hablar con alguien que te escuche sin juzgar, acudir a un terapeuta, participar en círculos de apoyo o simplemente escribir lo que sientes.
4. Cuidar tu cuerpo como un acto de amor propio
En estos procesos es fácil descuidar lo básico: comer bien, dormir, moverte. Pero el cuerpo también atraviesa esta transformación. Escúchalo. Regálale descanso, alimento nutritivo, caminatas, respiraciones conscientes. A veces, un baño caliente o una siesta reparadora es el primer paso para salir del letargo emocional.
5. Evitar decisiones definitivas en medio del caos
La noche oscura del alma no es el momento ideal para tomar decisiones importantes. Si puedes, espera. Cuando el dolor nubla la claridad, nuestras elecciones pueden estar cargadas de miedo o huida. Sé compasiva contigo misma y permítete no tener todas las respuestas aún.
6. Encontrar un propósito en medio del proceso
Aunque no lo veas ahora, cada noche oscura tiene una semilla de sabiduría. Tal vez estás soltando lo que ya no se alinea con tu esencia. Tal vez estás siendo invitada a recordar quién eres más allá de tus roles o logros. Es un renacimiento, aunque todavía no lo parezca.
En lo personal, he vivido varias noches oscuras. Algunas llegaron con nombre y apellido, otras disfrazadas de silencios, lugares en donde no he sido valorada , duelos o cansancio profundo. Y aunque al principio sentía que me estaba desmoronando, aprendí que en cada fragmento roto también se esconde una puerta. Hoy, miro hacia atrás y reconozco que gracias a esas noches puedo hoy caminar más ligera, más real, más yo.
Sobrevivir a la noche oscura del alma no se trata de evitar el dolor, sino de atravesarlo sin rendirse. Es confiar en que aunque la noche parezca eterna, el amanecer siempre llega. Y cuando lo hace, ninguna parte de ti vuelve a ser igual… vuelves más fuerte, más amoros@, más tú.
Si este escrito te gustó por favor compártelo.
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.
