El cuerpo fue avistado por agricultores de la zona, colgando del poste de concreto en el que operan bombas de extracción de agua subterránea utilizadas por el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
Según declaraciones del agricultor Wilkin Castillo, el fallecido formaría parte de un grupo que ha venido desmantelando instalaciones eléctricas en la zona, afectando directamente el funcionamiento de las bombas de agua. Castillo aseguró haber visto a otro individuo huir del lugar tras el incidente.
Al lugar acudieron la médico legista Samayra Virginia Pérez y el procurador fiscal Eleuterio Cuevas Herasme, quienes realizaron el levantamiento del cadáver. El hombre, de unos 35 años de edad, presentaba un avanzado estado de descomposición, lo que obligó a las autoridades a proceder con su sepultura en terrenos de la zona.
Técnicos de la empresa distribuidora Edesur se encargaron de retirar el cuerpo del tendido eléctrico con apoyo de un camión grúa especializado.
Las autoridades investigan el caso, mientras continúa la preocupación en la comunidad por la reiterada sustracción de materiales eléctricos que afecta servicios esenciales como el abastecimiento de agua.
