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viernes, 4 de julio de 2025

Enrique Feliz revive su historia musical, desde Tamayo hasta el corazón del pueblo dominicano

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Por Olmedo Pineda

SANTO DOMINGO. – El cantautor Enrique Feliz, figura emblemática de la canción con contenido social y espiritual en la República Dominicana, compartió este jueves una sentida narración sobre sus inicios artísticos, marcados por el fervor de la “Nueva Canción” y el compromiso con la voz del pueblo.

“Mi carrera propiamente empieza en los años setenta, temprano, con el movimiento de canciones de protesta de ‘La Nueva Canción’. Las primeras canciones que compuse fueron de corte social, de protesta. Algunas ni las recuerdo o se me perdieron. Ese comienzo fue muy emocionante, pero también una aventura peligrosa, porque éramos reprimidos por esas canciones, ya que se consideraban incitaciones a la sedición contra el orden legalmente constituido. Por eso nos perseguían”, relató.

Invitado especial al programa “Esperando el Gobierno”, transmitido por la emisora Z101.3 FM, Enrique revivió los primeros acordes de su carrera, que comenzaron a sonar con fuerza en los años 70. “Mi carrera empezó temprano, con el movimiento de canciones de protesta. Esas primeras composiciones eran sociales, de denuncia. Muchas se perdieron, otras no las recuerdo, pero todas nacieron en un ambiente donde hacer arte también era un acto de riesgo. Nos reprimían por incitar a la sedición y al cambio”, confesó el artista, oriundo del municipio de Tamayo.

Feliz relató también el origen creativo de una de sus piezas más emblemáticas: “El Melao de Mireya”, canción que surgió tras su primer contacto con el Carnaval dominicano en el Malecón de Santo Domingo. Inspirado por una comparsa popular que coreaba rítmicamente versos como “¡Cualquier cosita! Pa’ los muchachos que tienen hambre”, el artista vislumbró la posibilidad de una canción interactiva que recogiera el eco del pueblo. “Pensé: si alguien hiciera una canción con esta dinámica, sería un palo de gallera”, recordó.

Años después, sin planearlo, surgió la chispa: “¿Cuál será el melao, que tiene Mirella?”. Desde esa frase brotó la canción completa. Fue el abogado Abel Rodríguez del Orbe, fanático de Enrique y vinculado al empresario discográfico Bienvenido Rodríguez, quien hizo posible la grabación del tema en 1985, con arreglos del entonces joven prodigio Juan Luis Guerra.

“Ese tema marcó un antes y un después para mí”, dijo. “Aunque en ese tiempo la gestión de derechos de autor no estaba tan estructurada, la canción me dio visibilidad, me abrió puertas y me llevó a cantar a pueblos enteros, invitados por organizaciones culturales, sindicatos, movimientos estudiantiles… y eso también se reflejó en mis ingresos”.

De Tamayo a la UASD: política, arte y fe

Feliz narró cómo su percepción del arte como herramienta de transformación se forjó desde su natal Tamayo y se afianzó en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), durante una época de efervescencia política y represión. “Llevé conmigo esa experiencia creativa de pueblo y la sumé a la conciencia crítica que respiré en la universidad. Mi trabajo ha calado. El público me quiere, me respeta, me invita”.

Al referirse a su tierra natal, recordó con emoción la reciente partida de Eliseo “Cheo” Zorrilla, a quien definió como una de las glorias locales. Destacó la abundante creatividad artística que brota de pueblos del sur como Tamayo y Villa Jaragua, donde “hay gente con una mente muy popular, que tocan guitarra, cantan y viven en el anonimato”.

Un don desde la infancia

Sobre su vena artística, Enrique la define como un “don”. Su primer recuerdo cantando se remonta al cuarto curso de primaria, a los 10 años, durante un “viernes de canto” escolar. Sorprendentemente, interpretó una prosa del padre Vinicio Disla sobre los Cursillos de Cristiandad, a ritmo de ranchera mexicana, género popularizado entonces por las películas del lejano oeste.

“Desde que aprendí a leer, no paraba de leer. Me encontré esa prosa en la revista Amigo del Hogar y le puse melodía. Con eso gané aplausos, me dieron 100, y desde ahí supe que tenía algo que decir, y que cantar”.

Hoy, Enrique Feliz no solo sigue componiendo, sino que también evangeliza y comparte su arte como un vehículo de transformación espiritual. Entre canciones de denuncia, fe y celebración popular, su obra sigue siendo el “melao” que endulza y agita conciencias.

Enrique Feliz es un cantautor dominicano conocido por su música comprometida socialmente y por sus canciones que exploran la identidad nacional, la cultura y el paisaje dominicano. Nació en Tamayo, provincia Bahoruco, y estudió Pedagogía y Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), aunque no terminó ninguna de las dos carreras para dedicarse por completo a la música.