Su muerte ocurre en un momento particularmente simbólico: mientras su último documental, El triunfo de la democracia, se proyecta en salas de cine del país, consolidando su legado como narrador visual del acontecer político dominicano.
La última proyección: El triunfo de la democracia
La cinta recorre los eventos que marcaron el fin de la era de Joaquín Balaguer y el ascenso del PRD en los comicios de 1978. Con material de archivo y testimonio directo, retrata momentos clave como la represión política, las protestas sociales y la defensa histórica de Peña Gómez ante el racismo estructural.
René Fortunato presentó esta obra como una continuación de La violencia del poder (2003), y la demostró una deuda pendiente con su audiencia, a la que dedicó más de tres décadas de investigación, compromiso y cine político.
René Fortunato: un legado cinematográfico que educa y conmueve
Entre sus películas más influyentes se encuentran Abril: La trinchera del honor , La isla dividida y Balaguer: La herencia del tirano , todas piezas fundamentales para comprender la historia contemporánea del país.
Además de cineasta, fue periodista, investigador y educador. Su trabajo trascendió la pantalla para convertirse en recurso pedagógico y en un acto permanente de resistencia cultural y recuperación de la identidad.
Fortunato murió en la unidad de cuidados intensivos de CEDIMAT. Sus familiares informarán más adelante los detalles de las exequias. Su legado, sin embargo, seguirá vivo en cada proyección, en cada archivo, en cada conciencia que despierte con sus películas.
