En un mundo cada vez más globalizado, no es raro escuchar historias de amor que cruzan fronteras, zonas horarias y mares enteros. Las relaciones a distancia han dejado de ser una excepción para convertirse en una realidad para muchas parejas que, por diferentes motivos, se ven obligadas a amar desde lejos. Pero entonces, surge la gran pregunta: ¿realmente es posible mantener una relación de pareja a distancia?
La respuesta es sí, pero no es fácil. Y eso es precisamente lo que la hace tan especial.
El amor sin abrazos diarios
No tener a esa persona especial físicamente cerca puede generar una sensación de vacío, de nostalgia constante. No es lo mismo contarse cómo estuvo el día a través de un mensaje, que hacerlo mirándose a los ojos. Sin embargo, cuando hay amor genuino, compromiso mutuo y una comunicación honesta, la distancia no es una barrera infranqueable, sino un reto que ambos deciden enfrentar.
Una relación a distancia exige creatividad para mantener la conexión viva: videollamadas espontáneas, cartas escritas a mano, sorpresas por correo, ver la misma película al mismo tiempo o simplemente escucharse mientras uno cocina y el otro maneja. Es en esos pequeños gestos donde se cultiva la intimidad emocional.
Confianza: el ingrediente principal
Sin confianza, no hay relación que sobreviva, y esto se intensifica cuando no puedes ver a tu pareja todos los días. Es fácil que aparezcan los miedos, las dudas, la ansiedad… Pero cuando hay una base sólida de confianza, cada mensaje recibido no se lee con paranoia, sino con alegría. Cada silencio no es una amenaza, sino un momento de respiro.
Confiar no es solo creer que la otra persona te es fiel. Es también confiar en que ambos están haciendo su parte para que el vínculo crezca, en que los planes a futuro no son solo palabras vacías y en que cada sacrificio vale la pena.
No todas las relaciones sobreviven a la distancia… y está bien
Hablar de relaciones a distancia también es hablar con honestidad. No todas logran llegar a buen puerto, y eso no significa que fracasaron, sino que simplemente no era el momento, o no eran las personas adecuadas. Una relación a distancia pone a prueba muchas cosas: la paciencia, el deseo real de construir juntos, la capacidad de resolver conflictos y de planear un reencuentro que no se postergue indefinidamente.
Hay que reconocer cuando el amor ya no se siente igual o cuando la distancia deja de ser temporal para convertirse en una espera sin fin. También hay que tener el valor de soltar si duele más de lo que nutre.
Cuando la distancia une más que separa
Lo hermoso de una relación a distancia es que, si ambos están comprometidos, el reencuentro se vive con una intensidad que pocas cosas pueden igualar. Cada beso sabe a logro, cada abrazo es una promesa cumplida. La distancia enseña a valorar, a cuidar lo que se tiene, y a no dar por sentada la presencia del otro.
Hay amores que, aun con kilómetros de por medio, se sienten como un refugio. Y eso es posible porque se construyen día a día, con palabras sinceras, con planes reales y con la certeza de que, aunque hoy no puedan tocarse, están en el corazón del otro en cada paso que dan.
Durante 10 años mi pareja y yo tuvimos una relacion a distancia ... les confieso que para nosotros era emocionante encontrarnos y tener ese contacto él uno con él otro .. viviendo la emoción de vernos con la necesidad puesta en nosotros... para mi fue excelente y no me arrepiento .
Debemos tener presente que cada pareja necesita cosas distintas para estar bien no todos venimos programados de la misma manera.
La autora: Dra. Elizabeth Mora, MSc.
Psicoterapeuta especialista en terapia sexual, familiar y de pareja.
Terapeuta cognitivo conductual niñas, niños y adolescentes.
Para citas contactar al teléfono vía Whatsapp: 849-530-0635.
Reside en Barahona.