En el 2019 asumí el reto de aspirar a diputado por mi querida Barahona. No llegamos a la curul, pero logramos algo más valioso: demostrar que la política también puede hacerse con ideales, con autenticidad y sin grandes recursos.
La nuestra fue una campaña limpia, orgánica, nacida desde el corazón del pueblo y apoyada por una juventud que creyó en la fuerza de las ideas. Cuando muchos dudaban del poder de las redes, nosotros las convertimos en un puente de esperanza.
Hoy, con más experiencia y el mismo compromiso, reafirmo lo que siempre he sentido: mi vocación es servir.
En mí tienen un amigo, un apoyo moral, una voz que no se apaga ante las causas justas.
Aunque aún no me toque ocupar una posición electiva, seguiré siendo canal, puente y palabra por Barahona.
