Es normal que un funcionario público reciba críticas por sus actuaciones desde el cargo, al igual que reconocimientos y halagos por su buena gestión y desempeñó.
La crítica sana coadyuva a mejorar su rendimiento a cualquier funcionario que asuma con responsabilidad y respeto la función pública puesta en sus manos, en el caso de Edgar por el presidente Luis Abinader.
Nadie puede ofenderse porque critiquen sus decisiones, actuaciones y su capacidad gerencial en un cargo del gobierno, y más si representa una institución de ayuda a personas vulnerables en un tiempo de ataques severos de un fenómeno natural.
Lo que está mal y debe condenarse con energía a pies juntillas es que se recurra a la bajeza, al chantaje y al ataque racista para hacer valer su posición cuestionadora.
La crítica de esos comunicadores a Édgar hubiese sido menos dudosa,si no rebajan el discurso con sus argumentos infelices de su condición de negro.
Vamos a darle el beneficio de la duda de que se quedó acostado cuando el peligro estaba latente, pero su actitud iracunda y de ataques sibilinos y cortantes a su condición física desborda sus emociones y arrastra por lo más bajo su argumento.
Este hombre en el vídeo parecía un pobre diablo sin bandera, fuera de control por la ira, hasta le mencionó su madre muerta y con intención de que cada palabra fuera un tiro aniquilador.
En conclusión, Édgar Augusto Féliz dió las respuestas esperadas a los pueblos afectados, y sigue firme , resistiendo los vientos de la mentira, como árbol de poderosas raíces.
