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miércoles, 31 de diciembre de 2025

Diferencias entre machismo y masculinidad en tiempos de derechos y libre expresión

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Por Dra. Elizabeth Mora 
MSc. M.A.

En los debates contemporáneos sobre igualdad, derechos humanos y libertad de expresión, pocas palabras generan tanta confusión y tanta polarización como machismo y masculinidad.

 A menudo se usan como sinónimos, cuando en realidad representan conceptos profundamente distintos, con implicaciones sociales, emocionales y culturales muy diferentes.

Comprender esta diferencia no es solo un ejercicio académico: es una necesidad urgente para construir relaciones más sanas, sociedades más justas y espacios donde hombres y mujeres puedan coexistir sin miedo, culpa ni imposiciones.

¿Qué es el machismo?

El machismo es una ideología de poder, no una identidad.

Se basa en la creencia de que el hombre es superior a la mujer y, por tanto, tiene derecho a dominarla, controlarla o minimizarla.

El machismo se expresa de múltiples formas:

En la desvalorización de la voz femenina
En la normalización de la violencia simbólica o física
En la imposición de roles rígidos
En la negación de derechos y libertades

No todos los hombres son machistas, pero el machismo ha sido aprendido y normalizado culturalmente, muchas veces sin cuestionamiento.

Importante aclararlo:

 El machismo también daña a los hombres, al exigirles dureza extrema, silencio emocional y una imagen de poder constante que resulta insostenible y alienante.

¿Qué entendemos por masculinidad?

La masculinidad, en cambio, es una construcción social y personal, no una doctrina de dominación.

Existen múltiples formas de ser hombre, y ninguna es superior por sí misma.

La masculinidad sana:
Permite la expresión emocional

No necesita imponerse sobre otros

Se basa en la responsabilidad, el respeto y la coherencia

Reconoce la igualdad sin perder identidad

Un hombre masculino no es menos hombre por ser sensible, empático o colaborativo. 

Al contrario: la fortaleza emocional es una expresión madura de la masculinidad, no una amenaza para ella.

Masculinidad en tiempos de derechos y libre expresión

Vivimos una etapa histórica donde los derechos de las mujeres, de las diversidades y de los propios hombres están siendo revisados y ampliados.

 Esto ha generado incomodidad, resistencia y, en algunos casos, confusión.

Algunos interpretan erróneamente que:

La igualdad “ataca” la masculinidad

Los derechos femeninos “debilitan” al hombre
La libre expresión “elimina” los roles tradicionales.

Pero la realidad es otra.

Lo que está en crisis no es la masculinidad, sino el machismo.

La masculinidad no desaparece cuando se cuestionan privilegios injustos; se transforma, se humaniza y se adapta a vínculos más equitativos.
Machismo vs. Masculinidad: una diferencia clave

Machismo
Masculinidad sana
Dominación
Colaboración
Control
Autonomía mutua
Silencio emocional
Expresión emocional
Superioridad
Igualdad
Miedo a perder poder
Seguridad interna

Entender esta diferencia permite salir de discursos extremos y construir puentes de diálogo, en lugar de muros.

El verdadero desafío actual
El reto de nuestra época no es “quién tiene más derechos”, sino cómo aprendemos a convivir respetando las diferencias sin jerarquizarlas.

Necesitamos hombres que:
No teman revisarse
No confundan igualdad con pérdida
No vean la sensibilidad como debilidad
Y también necesitamos sociedades que:

No criminalicen la masculinidad
No justifiquen el machismo
Promuevan educación emocional desde edades tempranas

Hablar de machismo y masculinidad no es enfrentar géneros, sino distinguir entre opresión e identidad.

No se trata de eliminar al hombre, sino de liberarlo de modelos que ya no sirven ni a él ni a los demás.

En tiempos de derechos y libre expresión, la masculinidad que sobrevive y florece no es la que grita más fuerte, sino la que se atreve a evolucionar.