La diplomacia tiene cuatro objetivos principales a saber que son: representar, proteger, negociar y promover los intereses de un Estado ante terceros, pero la necesidad y emergencia de internet y los medios invita a pensar cómo defender esos intereses en el entorno digital.
Y esa forma de defender esos intereses en las redes sociales es la diplomacia digital. Hoy día es uno de los temas de nuestro tiempo. Los Ministerios de Relaciones Exteriores y las Organizaciones multilaterales lanzan cada día acciones y emprenden iniciativas que tratan de influir, participar o atender a los ciudadanos en ese entorno.
Una especial mención es el desafío demográfico: alrededor del 45% de la población mundial tiene menos de 24 años y viven en internet. No podremos influir o transmitir un mensaje si no estamos en las redes sociales. Esto significa entender cómo funcionan esas redes y cómo se transmiten esos mensajes.
La diplomacia digital es una realidad. Ministros, diplomáticos, académicos, periodistas y ciudadanos emplean este ámbito para conseguir sus respectivos objetivos.
Y esta frase de diplomacia digital pertenece a Alec Ross, Asesor senior de Hillary Clinton cuando dirigía la diplomacia norteamericana. Alec es el hombre que preparaba a todos los embajadores norteamericanos en nuevas tecnologías antes de salir al exterior.
Estas redes permiten contactar y brindar mejores servicios a los compatriotas en el exterior, y tener mejores formas de promocionar la cultura, el turismo y el comercio.
Los Estados Unidos tienen un grupo de twitteros, políglotas encargados de escuchar lo que los ciudadanos de otros países dicen, discuten y enfrentan.
Y decenas de empleados del Departamento de Estado acceden a diarios a foros para contrarrestar opiniones que rechazan los derechos humanos y las libertades civiles y lo hacen en las redes sociales.
Ahora no solo de redes sociales vive la diplomacia digital, ese adjetivo nos hace pensar inmediatamente en Twitter Facebook e Instagram, sino también de otros instrumentos entre los que destacamos sólo dos y son los siguientes:
Página Web: interactivas, que llamen a la participación, que sean de fácil acceso y navegación en las que los usuarios se sientan cómodos y sobre todo encuentren información útil y se sientan partícipe de las mismas.
Blogs: Cada vez hay una mayor tendencia a que los diplomáticos abran su propio blog en el que cuentan su experiencia. Los blogs ayudan a humanizar a los diplomáticos y allanan el terreno para poder ejercer una influencia en la población civil extranjera a la que se dirigen.
Pues hay muchas formas de utilizar las nuevas tecnologías de la comunicación y la información para contactar con los ciudadanos, así como para crear sinergias entre los servidores públicos de la diplomacia. Twitter, Facebook e Instagram.
Ahora bien, las redes sociales son herramientas y medios antes que fines en sí mismos, y sirven para encontrar propósito y objetivos de política exterior.
El autor es periodista y diplomático
