POR ÁGUEDA RAMÍREZ DE RODRÍGUEZ, para Ecos del Sur.
Nacida el 12 de marzo del 1919, fueron sus progenitores Don Eliseo Amable Damirón (Chichí) y Doña Alicia Santana (Malena), en la casa situada en la esquina formada por las calles María Trinidad Sánchez y Caonabo. Siendo la quinta entre nueve hijos del matrimonio Damirón-Santana, Casandra creció rodeada de manifestaciones del arte musical entre los sonidos del violín, el piano, el contrabajo y la voz de algunos de sus hermanos. Ella por su parte aprendió a tocar el piano y la guitarra, instrumento este último que su padre ejecutaba desde muy joven.
La iglesia, la escuela y el teatro Unión fueron escenarios que acogieron a la artista que a la edad de seis años se manifestó por medio de su voz y de su gracia. Además del canto, Casandra gustaba de los deportes: participaba en el equipo de voleibol Casino del Sur, el cual competía con el Nacional City Bank, además de montar en bicicleta en compañía de amigas durante las tardes. En 1933 la familia se trasladó a la ciudad Capital, donde el padre ocupó una posición judicial, regresando a esta ciudad de Barahona dos años después, en 1935. En 1939 contrajo matrimonio con Andrés Moreta, con quien procreó a José Andrés (Papito), durante una unión conyugal efímera.
Su debut artístico se produjo el 28 de septiembre de 1944, cuando en el salón del Club de la Juventud, deleitó con su voz y su garbo a un concurrido auditorio integrado por directivos y socios del primer centro social de la capital de la época, interpretando en tal ocasión canciones dominicanas e hispanoamericanas, tales como: “Romanza” bolero de Agustín Lara; “Noche”, canción fox de Mario Fernández Ponta; “Romanza”, bolero de Salvador Sturla; “Noche Tropical”, canción bolero de Luis Rivera y “Dime por qué”, canción bolero de la propia Casandra, acompañada al piano por el Maestro Luis Rivera.
Dos meses después de su debut fue contratada para actuar por dos semanas en los programas hispanoamericanos de las emisoras HI2T-HI3T La Voz del Yuna, donde conquistó gran admiración e intensos aplausos. Días después ofreció un concierto benéfico en el hotel Jaragua a favor de la Cruz Roja Dominicana y un tercero en la diagonal sala del Centro de Recreo de Santiago, al cual se le llamó “Noche Azul”, debido al efecto visual ofrecido por la combinación de los dorados candelabros y los adornos del salón. En 1944 se presentó en el café Ariete, en la capital, con la animación de la Orquesta Tropical dirigida por Luis Rivera y, para 1945, sus actuaciones constituían noticia.
Al pianista y compositor Luis Rivera lo conoció en julio de 1944, cuando el mismo amenizaba una fiesta en el Club Antillas al mando de su orquesta “Antillas” donde fueron presentados y donde ella interpretó la canción “Cuando Vuelvas”, de Agustín Lara. Asombrado por el gran talento de la joven cantante, el Maestro se propuso encaminarla hasta que la misma llegara a triunfar plenamente. Más tarde cumpliría él esas intenciones, enseñándole ejercicios de canto, a vocalizar y otros aspectos del arte, según declaró ella más tarde. El ejercicio del canto y las presentaciones juntos facilitó el acercamiento entre ambos artistas cuando en la Voz del Yuna formaron pareja en el arte.
En 1945 fue escogida Casandra para presidir la fiesta del tercer aniversario de la radiodifusora y en 1947 se presentó en Barahona, en el teatro Unión, acompañada por la Orquesta del Sur, del Maestro Francisco Bello Cairo. La multitud allí congregada selló con sus aplausos uno de los más logrados triunfos de La Soberana en su ciudad natal. El enlace matrimonial de Luis Rivera y Casandra se efectuó el 4 de junio del 1948 en la ciudad Capital y el mismo produjo dos hijos: José Eliseo (Checheo) y Luisa Rivera Damirón.
En 1955, durante su actuación con motivo de la inauguración de la Feria de la paz y Confraternidad del Mundo Libre, acto realizado por Trujillo para conmemorar el 25 Aniversario de su mandato. Para revestir de esplendor la dominicanidad, Casandra se abrazó con pasión a los bailes típicos, fue entonces cuando comenzó a idear la formación de su grupo de bailes y así nació el Grupo de Danzas Folklóricas Dominicanas a golpes del pandero, del balsié y de la güira, integrado por Casandra Damirón como primera figura, su hermano Rafael coreógrafo y un grupo compuesto por otros 25 miembros entre cantantes y bailarines.
Este grupo montó los bailes autóctonos, liderando el repertorio los del sur, como la mangulina y el carabiné e incluyendo el merengue, los atabales, la yuca y el chenche matriculado, siendo uno de los números de más éxito el pambiche con introducción de Casandra titulado “Dolores”. Las letras de estos géneros musicales conservan su autenticidad, pero los ritmos son modificados por Casandra, quien impone un nuevo estilo al ajustarlos a reglas, creando así vaivenes cadenciosos acoplados con los instrumentos musicales, es decir, actos coreográficos estilizados, contario a su forma original que se bailaban con movimientos improvisados al libre albedrío. Todos estos cambios: pasos innovados y estilización dividen el baile en antes y después de Casandra. Otros aires campesinos que Casandra cultivó son los cantos de hacha y los palos entre otros, rescatando y regando la música autóctona dominicana por Puerto Rico, Venezuela, Cuba, Curazao, Miami, Chicago, Washington, Nueva York y Madrid entre otros lugares.
Otro elemento llamativo del grupo de baile de Casandra fue el vestuario lucido por sus integrantes, con el cual representó a la República Dominicana en las ciudades de Nueva York y Chicago, en esta última frente a Cuba, Puerto Rico, Curazao y N. W. I., donde la prensa local resaltó el triunfo de nuestro país.
En el país Casandra Damirón presentó con gran éxito espectáculos bailables nocturnos en los hoteles Jaragua, El Embajador y Paz, así como en el teatro Agua y Luz, en El Seibo y en Santiago, pero el escenario más habitual para ella lo fue el Palacio Radiotelevisor La Voz Dominicana, del cual decía era un honor para ella la experiencia artística allí adquirida. Otra actuación importante de Casandra tuvo lugar durante un show en el teatro Agua y Luz en honor a los delegados de 575 secciones del país con motivo del Primer Congreso Nacional Campesino, donde interpretó una salve acompañada del conjunto de Isidoro Flores, bailando con jaleos y danzando durante los intermedios con personas a su alrededor.
En Venezuela, La Soberana cantó en Radio Caracas y en el hotel Humboldt durante un mes, contratada por el empresario Guillermo Arenas, siendo el contrato prorrogado por otro mes para actuar en Maracaibo. Terminado el contrato en Venezuela, Casandra regresó al país, donde encontró otro contrato gestionado por su esposo para actuar en el hotel El Embajador junto a la cancionista argentina Morenita Rey. En 1957, mediante un segundo convenio internacional, Casandra viajó a La Habana, siendo su primera actuación el 8 de septiembre en el Show de Shows por el Canal 4 de Televisión. También allí vio cristalizado el más anhelado sueño de su vida: cantar en la emisora C M Q. En La Habana sus actuaciones captaron la atención de periodistas de las renombradas revistas Bohemia, Vanidades, Carteles y Cinegráfico, quienes al entrevistarla y publicar sus pareceres proyectaron su triunfo y a la República Dominicana.
En 1959 Casandra y su equipo actuaron en una película de producción mexicana titulada “La Liga de las Canciones”, en la cual se presentaron modalidades costumbristas de 22 países latinoamericanos. En ella la calidad del trabajo folklórico dominicano se destacó y fue reconocido por la firma productora mediante la entrega de un trofeo. En 1960 participó en “Así son Ellas”. Ambas producciones fueron filmadas en República Dominicana.
En 1975, en el Instituto de Cultura de San Juan, Puerto Rico, le fue tributado un homenaje junto a Pedro Flores, difusor de la música popular de esa isla. En 1977 y en 1978 tuvo Casandra dos de sus ultimas grandes actuaciones en los actos inaugurales del Centro Cultural Villa Madrid en España y de la Plaza de Colón. Esta última ceremonia reunió a los grupos de Ballet más prestigiosos del mundo.
El 20 de enero del 1979 se presentó con su grupo ataviado con los colores de la bandera dominicana en el Madison Square Garden de Nueva York, animando el escenario de un acontecimiento mundial: la pelea de boxeo entre Miguel Montilla y Kid Pambelé donde los dominicanos, puestos de pie, tributaron a La Soberana estruendosas ovaciones.