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POR JOSE ANTONIO MATOS
Para Ecos del Sur
Culminando los días de marzo del año en cuso, en que coincide entre otras ocasiones del almanaque con la semana mayor, nos permitimos hacer reflexión y coincidencia con el ilustre don Álvaro Arvelo hijo, en el sentido del gran valor y significación de las gestas patrióticas ocurridas en el valioso mes, en el año 1844, año en que nace nuestra patria y renace mediante la acción de valiosos dominicanos, que empezando con un gran sacrificio iniciado en la cabeza de las marías en Neiba, para convertirse en el baño de sangre, el 11 ó el 13 de marzo, no importa cual, el valor y significación son del hecho, encabezado entre otros no menos meritorios, por Fernando Taveras.
Baño de sangre, en una lucha, que por su desigualdad, algunos la tildan de escaramuza, más que de batalla, sirvió como prefacio, al las dos grandes batallas siguientes, la del 19 de marzo, en Azua y la del 30 de marzo del año en Santiago del 1844, que hoy cumple, 169 años.
Hay que ver como se unió en propósitos la población dominicana frente a esa ignominia que significó la ocupación Haitiana de 22 años, sin carreteras, sin medios importantes de transporte, sin telefonía, sin celulares ni correos electrónicos, a base de puro patriotismo la resistencia corrió en el ambiente dominicano, con su sello invisible pero indeleble, “la Dominicanidad”, cuanta falta hizo ese emblema, en la mente del gobernante nuestro, doctor Leonel Fernández, al momento de la firma de un contrato Leonino con la Barrick Gold, capaz dejarle un problemazo el gobernante siguiente y al país.
El pueblo dominicano ha hecho conciencia sobre la problemática dejada, y en el mes de marzo lo ha expresado, y como dice el adagio popular “que cuando marzo se mayea, mayo se marcea”, hagamos lo propio como el mes de la patria, librando las batallas que sean en este mes de mayo, liberando a este pueblo de ese gran oprobio.
Baño de sangre, en una lucha, que por su desigualdad, algunos la tildan de escaramuza, más que de batalla, sirvió como prefacio, al las dos grandes batallas siguientes, la del 19 de marzo, en Azua y la del 30 de marzo del año en Santiago del 1844, que hoy cumple, 169 años.
Hay que ver como se unió en propósitos la población dominicana frente a esa ignominia que significó la ocupación Haitiana de 22 años, sin carreteras, sin medios importantes de transporte, sin telefonía, sin celulares ni correos electrónicos, a base de puro patriotismo la resistencia corrió en el ambiente dominicano, con su sello invisible pero indeleble, “la Dominicanidad”, cuanta falta hizo ese emblema, en la mente del gobernante nuestro, doctor Leonel Fernández, al momento de la firma de un contrato Leonino con la Barrick Gold, capaz dejarle un problemazo el gobernante siguiente y al país.
El pueblo dominicano ha hecho conciencia sobre la problemática dejada, y en el mes de marzo lo ha expresado, y como dice el adagio popular “que cuando marzo se mayea, mayo se marcea”, hagamos lo propio como el mes de la patria, librando las batallas que sean en este mes de mayo, liberando a este pueblo de ese gran oprobio.
