POR KENIA GUILLERMO FELIZ
Artículo enviado a Ecos del Sur.
Mientras nos encontrábamos en el hospital Jaime Mota de Barahona el pasado miércoles 29 de mayo, a eso de las 8:30 de la noche, visitando una amiga con problemas de azúcar y presión alta, notamos una acción que nos llamó mucho la atención, debido a que nunca la habíamos palpado personalmente ni escuchado de boca de nadie.
No obstante la sorpresa que nos llevamos, nos hicimos la idea que la acción que era ejecutada por el mismo director del centro asistencial, doctor Marco A. Soto aguasvivas, estaba enmarcada en el proceso de organización y modernización que desarrolla la nueva gerencia del centro asistencial para eficientizar los servicios de salud que ofrece a todos sus pacientes de la región Enriquillo.
Soto visitaba las diferentes salas de internamientos, revisando y chequeando a pacientes con enfermedades diversas y aquellos que presentaban heridas, producto de intervenciones quirúrgicas y armas blancas recibidas en reyertas callejeras para palparse de su proceso de evolución y si estaban recibiendo el tratamiento adecuado por parte de los médicos que los asisten.
Todos los pacientes estaban muy contentos, comentando entre ellos que por primera vez un director del Jaime Mota se molestaba en visitarlos sala por sala para enterarse del estado de salud de cada uno de ellos y revisar sus heridas con sus propias manos. También fuimos informados de que cada uno de los trabajadores del hospital entraba y sale a sus labores a la hora establecida
Todos los barahoneros estamos conscientes que Soto no fue designado como director de un hospital regional, sino de un desastre regional repleto de muchos grandes, que sólo con la ayuda de Dios y el pueblo pueden resolverse en una gran proporción.
No es un secreto para nadie que todos estos problemas son producto de gerencias anteriores que sembraron el desorden y el caos a lo interno del Jaime Mota, donde cada cual hacía lo que le venía en ganas ante la mirada indiferentes de las autoridades.
Pero, Soto da los pasos dirigidos a corregir esta anomalía, para lo cual precisa del apoyo urgente de todos los sectores que hacen vida en Barahona, debido a que la tarea que tiene por delante no es nada fácil.
Artículo enviado a Ecos del Sur.
Mientras nos encontrábamos en el hospital Jaime Mota de Barahona el pasado miércoles 29 de mayo, a eso de las 8:30 de la noche, visitando una amiga con problemas de azúcar y presión alta, notamos una acción que nos llamó mucho la atención, debido a que nunca la habíamos palpado personalmente ni escuchado de boca de nadie.
No obstante la sorpresa que nos llevamos, nos hicimos la idea que la acción que era ejecutada por el mismo director del centro asistencial, doctor Marco A. Soto aguasvivas, estaba enmarcada en el proceso de organización y modernización que desarrolla la nueva gerencia del centro asistencial para eficientizar los servicios de salud que ofrece a todos sus pacientes de la región Enriquillo.
Soto visitaba las diferentes salas de internamientos, revisando y chequeando a pacientes con enfermedades diversas y aquellos que presentaban heridas, producto de intervenciones quirúrgicas y armas blancas recibidas en reyertas callejeras para palparse de su proceso de evolución y si estaban recibiendo el tratamiento adecuado por parte de los médicos que los asisten.
Todos los pacientes estaban muy contentos, comentando entre ellos que por primera vez un director del Jaime Mota se molestaba en visitarlos sala por sala para enterarse del estado de salud de cada uno de ellos y revisar sus heridas con sus propias manos. También fuimos informados de que cada uno de los trabajadores del hospital entraba y sale a sus labores a la hora establecida
Todos los barahoneros estamos conscientes que Soto no fue designado como director de un hospital regional, sino de un desastre regional repleto de muchos grandes, que sólo con la ayuda de Dios y el pueblo pueden resolverse en una gran proporción.
No es un secreto para nadie que todos estos problemas son producto de gerencias anteriores que sembraron el desorden y el caos a lo interno del Jaime Mota, donde cada cual hacía lo que le venía en ganas ante la mirada indiferentes de las autoridades.
Pero, Soto da los pasos dirigidos a corregir esta anomalía, para lo cual precisa del apoyo urgente de todos los sectores que hacen vida en Barahona, debido a que la tarea que tiene por delante no es nada fácil.
