POR SANTO ALCANTARA
Artículo enviado a Ecos del Sur
Después de la revolución de abril del año 1965, donde el pueblo dominicano enfrento de forma valiente a las tropas de intervención Norteamericana y la moral revolucionaria se elevo bien alto como la bandera nacional, por encima de las nubes, el Partido Reformista en el poder, se expandió rápidamente por todo el territorio nacional y con él, la fuerza represiva de seguridad del gobierno encabezado por el presidente déspota Joaquín Videla Balaguer Ricardo.
Por otro lado, las organizaciones revolucionarias, que habían salido de la revolución preparadas militarmente y con diferentes armamentos, enviaron a sus principales cuadros a sus respetivos pueblos para desde ahí recomenzar una nueva revolución armada en contra del triste gobierno de turno, para derrocarlo.
El Movimiento Popular Dominicano (MPD), partido de la izquierda, marxista leninista, seguidor del pensamiento maoísta, fue uno de esos grupos revolucionarios que participo en la guerra abril, el más radical de todos y el que salió mejor fortalecido de aquel movimiento glorioso del pueblo, encabezado por el héroe nacional Francisco Alberto Caamaño Deño (Roman).
A Barahona llegaron llenos de esperanza todos los combatientes que habían participado en esa contienda patriótica, pero fueron recibidos a tiros por el tristemente mayor del ejército nacional conocido con su apellido de Marmolejos en la entrada del pueblo, reprimiendo todo lo que le olía a revolución constitucionalista. Inmediatamente algunos de esos combatientes pasaron a formar filas en las diferentes organizaciones revolucionarias que incidían en esta sociedad, con la firme convicción de que se hacía necesario sacar lo más pronto posible a Balaguer del poder.
Se empezó a trabajar en el MPD en la organización de los jóvenes provenientes de Ciudad Nueva, donde el coronel Caamaño se corono de gloria y de paso también a los jóvenes que eran izquierdista en el movimiento Revolucionario Catorce de Junio, mejor conocido como1J4. Con ellos, aquí en Barahona se preparo su cuerpo militar, una fuerza organizada en los Comando Revolucionario Clandestino (CRC). Eran células armadas que deberían estar compuesta por tres personas, entre hombres y mujeres, al estilo la Trinitaria del Padre de la patria Juan Pablo Duarte.
Se conformo una poderosa organización militar revolucionaria, con el firme propósito de enfrentar y combatir al sangriento régimen de ese entonces, quien a través de los organismo de seguridad, puso en marcha la vieja práctica Trujillista, de captar personas para que sean sus informantes, es de decir, Chivatos o Calieses.
Nuestro pueblo se lleno de calieses, informantes o chivatos y en todos los barrios habían personeros del régimen que se dedicaron a esa práctica, llevarle informaciones a la Policía Nacional y a los servicios de Seguridad del Estado, de los jóvenes revolucionarios para que fueran apresado, torturado y en muchos casos fusilados. Se recuerda que en Barahona los chivatos jugaron un papel importante en la ubicación de muchos jóvenes, que en algunos de los casos desaparecieron en el cuartel de la policía nacional y hasta ahora no se sabe donde están sus cadáveres.
A finales del año 1966 y todo el año 1967, el MPD entreno a todos sus miembros en tácticas y estrategias militares, en guerrilla urbana y rural, había instructores en distinguir la moral “burguesa de la moral “proletaria”, la doctrina leninista y maoísta era muy bien conocida por los militantes comunistas como se le llamaba a los jóvenes de la época y recitaban las citas del libro rojo de Mao como si fueran versículos de la biblia como lo hacen los buenos cristianos o como los abogados citan algunos artículos de la constitución de la republica.
Todos estaban preparado para realizar cualquier acción que la dirección del MPD les ordenara a los encargados de los comando revolucionarios clandestinos, las armas estaban listas y los hombres estaban preparados.
En el mes de diciembre de 1967 llega la orden, y el jefe de los CRC, como se le llamaba a los comando expreso con voz firme y con una orden militar: “hay que fusilar a alias “Puya” paró en seco, tomo agua y siguió diciendo: “nuestro organismo dentro de la policía nacional informo que este es el jefe de los chivatos, y debe morir para dar un ejemplo a los demás para que no sigan esa práctica azarosa y perversa en contra de nuestra querida juventud revolucionaria”.
El jefe de los Comando Revolucionario Clandestino, era el joven Ángel Darío Alcántara, alias conejo, quien no había participado en la revolución de abril del año 1965, por que su madre Altagracia Alcántara se lo había pedido de la siguiente manera: “Por favor mi hijo, eres el más pequeño de todos, ya tiene tres hermanos en la capital con Caamaño, si los matan por los menos me quedan tu y Bienvenido, quédate y lucha desde aquí”. Fue un pedido que el Conejo no pudo rechazar, pero se preparo militarmente. Bienvenido Alcántara es conocido como alias Pato Luca
Doña Ñaño, como le decían a Altagracia Alcántara se refería sus hijos José del Carmen Alcántara (sila), Ángel Leonel Alcántara (nenen) y Francisco Alcántara (Frank), todos miembros del comando revolucionario Barahona, que enfrento al imperialismo Norteamericano en Ciudad Nueva de la capital Dominicana. Fue la única mujer dominicana que le aporto tres de sus hijos a la revolución del año 1965. Todos sobrevivieron.
Se comienza a ubicar a alias Puya, se le sigue, fluyen diferentes tipos de informaciones y se escoge el día y el lugar en que el Chivato sería ejecutado. Este tenía un Bar de bebidas alcohólicas en los callejones de Palmarito, como se conocía en ese tiempo, al lado de Barrio Camboya. Todas las tardes el señor alias el Puya iba atender su negocio y en algunas ocasiones realizaba reuniones de su partido, el Reformista y con los agentes del servicio secreto de la policía nacional.
Es un día claro del mes de diciembre, la gente celebraba la recién pasada fiesta de noche buena el 24 de ese mismo mes y las fiestas de pascua el 25. Todo parecía normal en las calles de Barahona, la represión de la policía continuaba, se habían realizados varios allanamientos en los populosos barrios de Villa Estela y la Playa, pero no apresaron a nadie.
Artículo enviado a Ecos del Sur
Después de la revolución de abril del año 1965, donde el pueblo dominicano enfrento de forma valiente a las tropas de intervención Norteamericana y la moral revolucionaria se elevo bien alto como la bandera nacional, por encima de las nubes, el Partido Reformista en el poder, se expandió rápidamente por todo el territorio nacional y con él, la fuerza represiva de seguridad del gobierno encabezado por el presidente déspota Joaquín Videla Balaguer Ricardo.
Por otro lado, las organizaciones revolucionarias, que habían salido de la revolución preparadas militarmente y con diferentes armamentos, enviaron a sus principales cuadros a sus respetivos pueblos para desde ahí recomenzar una nueva revolución armada en contra del triste gobierno de turno, para derrocarlo.
El Movimiento Popular Dominicano (MPD), partido de la izquierda, marxista leninista, seguidor del pensamiento maoísta, fue uno de esos grupos revolucionarios que participo en la guerra abril, el más radical de todos y el que salió mejor fortalecido de aquel movimiento glorioso del pueblo, encabezado por el héroe nacional Francisco Alberto Caamaño Deño (Roman).
A Barahona llegaron llenos de esperanza todos los combatientes que habían participado en esa contienda patriótica, pero fueron recibidos a tiros por el tristemente mayor del ejército nacional conocido con su apellido de Marmolejos en la entrada del pueblo, reprimiendo todo lo que le olía a revolución constitucionalista. Inmediatamente algunos de esos combatientes pasaron a formar filas en las diferentes organizaciones revolucionarias que incidían en esta sociedad, con la firme convicción de que se hacía necesario sacar lo más pronto posible a Balaguer del poder.
Se empezó a trabajar en el MPD en la organización de los jóvenes provenientes de Ciudad Nueva, donde el coronel Caamaño se corono de gloria y de paso también a los jóvenes que eran izquierdista en el movimiento Revolucionario Catorce de Junio, mejor conocido como1J4. Con ellos, aquí en Barahona se preparo su cuerpo militar, una fuerza organizada en los Comando Revolucionario Clandestino (CRC). Eran células armadas que deberían estar compuesta por tres personas, entre hombres y mujeres, al estilo la Trinitaria del Padre de la patria Juan Pablo Duarte.
Se conformo una poderosa organización militar revolucionaria, con el firme propósito de enfrentar y combatir al sangriento régimen de ese entonces, quien a través de los organismo de seguridad, puso en marcha la vieja práctica Trujillista, de captar personas para que sean sus informantes, es de decir, Chivatos o Calieses.
Nuestro pueblo se lleno de calieses, informantes o chivatos y en todos los barrios habían personeros del régimen que se dedicaron a esa práctica, llevarle informaciones a la Policía Nacional y a los servicios de Seguridad del Estado, de los jóvenes revolucionarios para que fueran apresado, torturado y en muchos casos fusilados. Se recuerda que en Barahona los chivatos jugaron un papel importante en la ubicación de muchos jóvenes, que en algunos de los casos desaparecieron en el cuartel de la policía nacional y hasta ahora no se sabe donde están sus cadáveres.
A finales del año 1966 y todo el año 1967, el MPD entreno a todos sus miembros en tácticas y estrategias militares, en guerrilla urbana y rural, había instructores en distinguir la moral “burguesa de la moral “proletaria”, la doctrina leninista y maoísta era muy bien conocida por los militantes comunistas como se le llamaba a los jóvenes de la época y recitaban las citas del libro rojo de Mao como si fueran versículos de la biblia como lo hacen los buenos cristianos o como los abogados citan algunos artículos de la constitución de la republica.
Todos estaban preparado para realizar cualquier acción que la dirección del MPD les ordenara a los encargados de los comando revolucionarios clandestinos, las armas estaban listas y los hombres estaban preparados.
En el mes de diciembre de 1967 llega la orden, y el jefe de los CRC, como se le llamaba a los comando expreso con voz firme y con una orden militar: “hay que fusilar a alias “Puya” paró en seco, tomo agua y siguió diciendo: “nuestro organismo dentro de la policía nacional informo que este es el jefe de los chivatos, y debe morir para dar un ejemplo a los demás para que no sigan esa práctica azarosa y perversa en contra de nuestra querida juventud revolucionaria”.
El jefe de los Comando Revolucionario Clandestino, era el joven Ángel Darío Alcántara, alias conejo, quien no había participado en la revolución de abril del año 1965, por que su madre Altagracia Alcántara se lo había pedido de la siguiente manera: “Por favor mi hijo, eres el más pequeño de todos, ya tiene tres hermanos en la capital con Caamaño, si los matan por los menos me quedan tu y Bienvenido, quédate y lucha desde aquí”. Fue un pedido que el Conejo no pudo rechazar, pero se preparo militarmente. Bienvenido Alcántara es conocido como alias Pato Luca
Doña Ñaño, como le decían a Altagracia Alcántara se refería sus hijos José del Carmen Alcántara (sila), Ángel Leonel Alcántara (nenen) y Francisco Alcántara (Frank), todos miembros del comando revolucionario Barahona, que enfrento al imperialismo Norteamericano en Ciudad Nueva de la capital Dominicana. Fue la única mujer dominicana que le aporto tres de sus hijos a la revolución del año 1965. Todos sobrevivieron.
Se comienza a ubicar a alias Puya, se le sigue, fluyen diferentes tipos de informaciones y se escoge el día y el lugar en que el Chivato sería ejecutado. Este tenía un Bar de bebidas alcohólicas en los callejones de Palmarito, como se conocía en ese tiempo, al lado de Barrio Camboya. Todas las tardes el señor alias el Puya iba atender su negocio y en algunas ocasiones realizaba reuniones de su partido, el Reformista y con los agentes del servicio secreto de la policía nacional.
Es un día claro del mes de diciembre, la gente celebraba la recién pasada fiesta de noche buena el 24 de ese mismo mes y las fiestas de pascua el 25. Todo parecía normal en las calles de Barahona, la represión de la policía continuaba, se habían realizados varios allanamientos en los populosos barrios de Villa Estela y la Playa, pero no apresaron a nadie.
El jefe de los CRC, alias el Conejo, decidió el mismo participar en el fusilamiento del chivato y escogió para que lo acompañara al recio militante comunista Jorge Nin, (Jorgito) y puso en la retaguardia a otros cinco compañeros mas del MPD.
Su arenga fue: “no deben perder de vista que en esta acción, cualquiera de nosotros puede caer, por lo que les digo ahora que el que no pueda ir a cumplir con su deber de revolucionario, se debe quedar, prepararse mejor para otra actividad”. Todos y todas los escogidos se pusieron a la disposición y gritaron a coro “viva el MPD, marxista leninista”.
A las siete de la noche del 27 de diciembre del año 1967, los comandos revolucionarios clandestinos del MPD, marchan a través de los barrios populosos de Villa Estela, El Semillero, hoy Las Flores, se internan en Camboya, llegando a la calle principal de los callejones de Palmarito, perteneciente al barrio de sávica, desde lejos y por una ventana que daba al mostrador del bar del alias Puya, lo observan e inmediatamente ponen a los miembros del CRC en diferentes posiciones y Jorgito Nin les dice:”después de la ejecución, todos se van tranquilos y nos veremos cuando nos veamos y cuídense de los chivatos y que jamás se hable de esto”.
Así fue, pistola en manos, los dos militantes revolucionarios, bajaron por la cañada de Camboya y subieron la parte posterior de dicho lugar y entraron al bar le dijeron al chivato alias el Puya:”en nombre del pueblo dominicano y de todos los jóvenes que tu ha enviado a la cárcel y otros que han sido asesinados por tus chivateos, los CRC del MPD te fusilaran hoy en nombre de la revolución”. No hablo el calie, se quedo paralizado e inmediatamente varias balas atravesaron su cuerpo disparada por los dos dirigentes revolucionarios, cayó al suelo y allí le dieron el tiro de gracia y se marcharon vociferando: “viva la revolución”.
Al otro día, se corrió el rumor de que habían “matado” a alias puya, todos en Barahona se recogieron en su casa y se desato una represión brutal por parte de todos los organismos represivos del estado. Hubo apresamientos y torturas, pero el MPD siguió su actividad normal.
De ahí en adelante el régimen de Balaguer comenzó a asesinar a muchos jóvenes en nuestro querido pueblo. Todos los chivatos se escondieron por un buen tiempo